"Yo te pido que seas fuerte y valiente, que no te desanimes ni tengas miedo, porque yo soy tu Dios, y te ayudaré por dondequiera que vayas." Josué 1:9
Hay muchas madres en la Biblia a quienes podemos considerar como ejemplos poderosos de cómo orar por nuestros hijos con amor y compasión. Estas mujeres soportaron un gran dolor y sufrimiento mientras transitaban por la maternidad, pero muchas de ellas perseveraron en medio de circunstancias difíciles y confiaron a Dios la vida de sus hijos. Creo que estas mujeres valerosas tienen sus historias grabadas en la Biblia para que las imitemos, sobre todo en estos tiempos que la agenda mundial quiere robarnos a los hijos que Dios nos dio para volverlos esclavos de la lujuria y el egoísmo.
Jocabed por ejemplo es un ejemplo claro de cómo una mujer indefensa se hizo una poderosa madre para enfrentarse a todo un imperio con tal de defender a su hijo.
Jocabed era madre de tres personajes famosos de la Biblia. Ella fue la madre de Moisés, el libertador de Israel. Ella fue la madre de Aarón, el primer sumo sacerdote de Israel. Y fue madre de Miriam, profetisa, poeta y cantante en Israel. Aarón era tres años mayor que Moisés, y María probablemente era unos diez años mayor que Moisés.
Cuando Moisés nació, ella no obedeció la orden del Faraón de arrojar a todos los bebés al río Nilo (Éxodo 1:22). En cambio, escondió a Moisés en su casa durante tres meses. Cuando ya no pudo ocultarlo más, creó una canasta de papiro y la cubrió con alquitrán y brea. Puso a Moisés en la canasta impermeable y con cuidado lo colocó entre los juncos a la orilla del Nilo (Éxodo 1:3-4).
El nombre de Jocabed significa “honra o gloria de Dios”, y ella ciertamente honró a Dios con su vida y con su fe. Jocabed fue una madre valiente porque confiaba en Dios, así que ella es un maravilloso ejemplo de fe en Dios y de aprender a confiar en Dios con nuestros hijos. No siempre es fácil para nosotros confiarle a Dios nuestros hijos, y aquí es donde es tan importante que aprendamos la historia de Jocabed. Jocabed confió a Dios su hijo Moisés. Y también debemos aprender a confiar en Dios con nuestros hijos.
Recordemos la historia (Éxodo 2:1-10) Jocabed quedó embarazada de Moisés durante un momento muy difícil. Los israelitas eran esclavos en Egipto en ese momento. Faraón había dicho a las parteras hebreas que mataran a cualquiera de los niños hebreos mientras nacían. Cuando las parteras se negaron y los dejaron vivir, el faraón emitió una nueva orden: “Todo niño que nazca deberán arrojarlo al Nilo, pero a toda niña preservad la vida”. ( Éxodo 1:21 ).
Jocabed estaba embarazada cuando se dictaminó esta orden, me pregunto cómo habrá estado pendiente sobre el sexo del bebé, sus oraciones debieron ser de dependencia completa a Dios, después de unos meses llegó el día del parto y dio a luz a un hijo. Esta madre es un maravilloso ejemplo de fe personal en el Señor. De hecho, ella junto con su esposo figuran entre los héroes de la fe en Hebreos 11. Como dice en Hebreos 11:23. “Por la fe los padres de Moisés lo escondieron durante tres meses después de su nacimiento, porque vieron que no era un niño común y corriente, y no temieron el edicto del rey”.
Por favor presten atención a este detalle, esta mujer de fe vio en su niño que no era un niño normal, ella sintió (por su relación con Dios) que este pequeño sería extraordinario, así que esa seguridad le dio la valentía para esconder a su pequeño por tres meses. El salvajismo de los soldados egipcios había sido claramente demostrado al haber entrado a las casas hebreas para arrebatar a las criaturas de los brazos de sus madres para asesinarlos, el peligro era inminente para Jocabed y sus tres hijos, pero ella tuvo la fe de que Dios haría algo especial con su pequeño bebé y no sucumbió al miedo.
¿Cómo confías en Dios con tus hijos? Primero, debemos ser nosotras las primeras que debemos confiar en Dios con todo el corazón y con toda la mente, aferrarnos a sus promesas, declarar las palabras que se cumplirán en nuestras generaciones presentes y futuras. Y luego, en segundo lugar, debemos confiar nuestros hijos al Señor, eso fue lo que hizo Jocabed.
Cuando ya no pudo ocultarlo más, Jocabed ejerció fe al entregar a su hijo al Señor. Lo puso en una canasta a orillas del Nilo, y Miriam, la hermana mayor de Moisés, se paró a distancia para ver qué le pasaría. Ella hizo todo lo que pudo, aguantó todos esos meses ocultando a su bebé y obedeciendo a Dios antes que al faraón, pero llegó el día que preparando toda esa canasta con oración y ayuno, lo puso en el río confiando el bebé al Señor y Dios la escuchó.
Este mundo quiere robarnos la vida de nuestros hijos, amenaza con todo tipo de peligros que parecen atractivos incluso a nuestros hijos, debemos ser valientes para enfrentar esta ola de influencias y pararnos firmes confiando que el Señor hará su perfecta voluntad en nuestros amados, debemos verlos como los ve Dios, como hijos especiales, no comunes y corrientes, sino especiales para llevar a cabo obras que glorificarán a Dios.
Jocabed tenía todo en contra, no sólo una persona, sino todo un imperio y sin embargo la convicción de su relación con Dios le hizo ver el futuro de su hijo como algo brillante y poderoso en el Señor, y así sucedió.
Querida madre, sólo Dios puede hacernos valientes, sólo Dios puede darnos visiones que se cumplirán, pero debes confiar en tu Padre con toda tu voluntad y amar ese propósito con todas tus fuerzas.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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