"Y vino uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo; y luego que le vio, se postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá. Fue, pues, con él; y le seguía una gran multitud, y le apretaban." Marcos 5: 23-24
Jairo era un funcionario de la sinagoga, sus deberes eran seleccionar a los lectores o maestros en la sinagoga, examinar los discursos de los oradores públicos y ver que todas las cosas se hicieran con decencia y de acuerdo con el uso ancestral.
Algunos comentaristas dicen que fue muy posible que Jairo estuviera en la sinagoga cuando Jesús expulsó a un demonio (Mc 1: 21-28 ) y, por lo tanto, ¡habría tenido conocimiento de primera mano del poder sobrenatural de Jesús! En cualquier caso, ¡Jairo sabía que Jesús era el Hombre con el que necesitaba contactar con respecto a su hija gravemente enferma!
El sentimiento de un padre ante el dolor de un hijo creo que es indescriptible. Y Jairo sabía que su hija estaba gravemente enferma. Ninguno de los escritores de los evangelios identifica a Jairo como miembro de los fariseos. Aun así, su posición en la sinagoga significaba que estaba íntimamente relacionado con el establecimiento farisaico de Capernaúm. Sin duda, estaba consciente del odio que los líderes religiosos tenían hacia Jesús. Sin embargo, estuvo dispuesto a buscar su ayuda públicamente, su hijita era primero.
Apenas vio a Jesús, cayó a sus pies. Al igual que el endemoniado que se postró ante el Señor expresando su necesidad, Jairo sentía que venía una catástrofe irremediable, una crisis apremiante y una necesidad crítica. Y entonces Jairo se volvió hacia Jesús desesperado, pero reconociendo sobre todo su autoridad.
Cuántos sacerdotes, escribas, y miembros de aquella sinagoga habrán sido testigos de la adoración de este Principal. Aquí estaba un gobernante de la sinagoga judía, humillándose ante sus compañeros judíos en un acto de homenaje y reverencia. ¡Que diferente a Nicodemo que buscó a Jesús de noche! Jairo amaba a su pequeña hija y necesitaba del único que tenía Poder para sanarla.
Después de arrodillarse le dijo: ¡Ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá! Este hombre tenía una gran confianza en Jesús, creía que Jesús tenía todo el poder para sanar a su hija. Pero también creía que Jesús debía de estar allí para que eso pudiera suceder (ven y pon las manos sobre ella).
Cuando el Centurión Romano vino a Jesús en una situación similar (Lucas 7:1-10), Jesús ni siquiera fue a la casa del Centurión para sanar a su siervo. Él simplemente, desde lejos, pronunció que él estaba sano. Jesús tiene un trato especial con cada persona. Jesús respondió a la fe que tenía Jairo. Jesús nos pide que le demos la fe que tenemos y según su perfecta voluntad, obra..
Podemos notar cuatro características en el pedido de Jairo las cuales son necesarias para una oración contestada:
Debemos ponernos en la presencia de Jesús (vino uno de los principales ante Jesús).
Debemos de humillarnos con sinceridad delante de Jesús (se postró a sus pies).
Debemos de poner nuestra petición con un fervor santo (y le rogaba mucho).
Debemos de tener una confianza total en el poder y bondad de Jesús (ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá).
Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro? Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente.
El corazón de Jairo se hundió cuando él escuchó esto. Él debió pensar, “Sabía que esto estaba tomando demasiado tiempo. Sabía que Jesús no debió desperdiciar Su tiempo con la otra mujer que también le pidió sanidad. Ahora la situación para Jairo era sin esperanza. Otra vez pienso en el dolor que siente una madre cuando su hijo esta enfermo.
Jesús vio el corazón de ese padre y dijo: No temas, cree solamente.
Jesús le dijo a Jairo que hiciera dos cosas. Primero, que no temiera. Suena casi imposible pedir a alguien que sufre, a quien acababa de perder a su hija, que no tema, pero Jesús sabía que el temor y la fe no van de la mano. Antes de que Jairo pudiera en realidad confiar en Jesús, él debería de decidir el dejar de lado el temor. Segundo, Jesús le dijo a Jairo que cree solamente. No intentes creer y tener temor al mismo tiempo. No trates de creer y resolver todo el asunto. No intentes creer y darle sentido al retraso. En lugar de todo eso, cree solamente.
Jesús llegó a la casa del principal y encontró un gran alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho. Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente. Pero él les mandó mucho que nadie lo supiese, y dijo que se le diese de comer
Jesús habló a la niña muerta como si ella estuviera viva, y Él hizo esto porque Él es Dios. Romanos 4:17 dice que Dios da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. Jesús le habló a esta niña con el poder de Dios, y ella fue resucitada de entre los muertos. Jesús no le falló a Jairo. Como no nos falla a ninguno de nosotros si ponemos nuestra única esperanza en Él
Con amor
Martha Vilchez de Bardales
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