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Foto del escritorIB La Molina

Un grito de angustia y un canto de alabanza

Texto bíblico: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor? Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré. Los que teméis a Jehová, alabadle; glorificadle, descendencia toda de Jacob, y temedle vosotros, descendencia toda de Israel. Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, ni de él escondió su rostro; sino que cuando clamó a él, le oyó. De ti será mi alabanza en la gran congregación; mis votos pagaré delante de los que le temen. Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. Mas tú, Jehová, no te alejes; fortaleza mía, apresúrate a socorrerme. Salmo 22: 1-5,18-19.



Hasta lo que hoy he leído en los periódicos, hay 45.928 infectados de Covid19 en el Perú, 545 pacientes en UCI con ventilación mecánica, 3,532 pacientes y 1286 muertes. Lo más doloroso es cómo se mencionan los números sin pensar en que cada uno de ellos es una persona querida que deja una familia que llora su partida.

El Salmo 22 escrito por David, empieza con una escena tan desconcertadora como la que anuncia esta noticia, alguien que conoce a Dios ha sido desamparado, está al borde la muerte, y clama a su Señor con una inmensa agonía.


Hubo muchas ocasiones en las que David estuvo a punto de morir, antes y después de ascender en el trono, vivió temporadas de gran peligro y privación, pero este capítulo no es sólo el cántico de un sufriente, es también una profecía; porque describe la agonía de Cristo en la cruz. Exégetas aseguran que Jesús meditó en estos versos del antiguo testamento en sus horas de agonía y de que vio su sufrimiento como cumplimiento de estos versos.


Como mi esposo dijo en un sermón reciente, antes escuchábamos de personas que eran contagiadas en distritos muy lejanos de donde nosotros vivimos, pero siendo hoy el día cincuenta de la cuarentena, recibo peticiones de oración de gente cada vez más cercana, el círculo se va ajustando.


Una de las cosas más difíciles para los cristianos es decir lo que realmente sienten, antes de eso, hemos sido enseñados a proclamar palabra de bendición, declaraciones de victoria y triunfo, es como si nunca fuéramos probados y tener aflicción. Leo este Salmo y más bien encuentro cómo una expresión de angustia se puede convertir en un canto de alabanza a Dios.


David expresó en su clamor cuando llamó a Dios, la relación íntima que tenía con Él. Su llamado ¿Por qué me has desamparado? Manifiesta el sentimiento de un hombre que no entiende por qué el Dios que lo ama demora en ayudarlo, pero más allá de David y su vida, este grito agónico y su identificación voluntaria de Jesús con estas palabras es de alguna manera un cuadro más penetrante de lo que Jesús experimentó en la cruz. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él 2 Corintios 5:21".


Siento una responsabilidad como hija de Dios, que no muera nadie sin haber entregado su vida a Jesús, que el enfermo pueda reconocer que Jesús es su Salvador, que los parientes que observan nerviosos y sin esperanza confiesen que Cristo es la Verdad y la Vida, que el Evangelio y las buenas nuevas sea proclamado y el reino de Dios sea predicado.


Te animo a leer todo el capítulo 22 por favor, el cántico de David fue al inicio un llanto de alguien en agonía, pero después de derramar su alma, comenzó a alabar a Dios, seguro de la respuesta de su Señor. Dios nunca hace silencio cuando un hijo suyo lo llama.


MI amado hermano, hermana, Dios puede ver la angustia de tu alma, él conoce tus pensamientos, y espera que derrames tu oración delante de él, así también, tenemos la tarea de ayudar a quienes no tienen esperanza, no te quedes callado, no mires sólo a los que están protegidos en tu casa, abre tus ojos y mira tu familia lejana, tus amigos sin Cristo, tu distrito y las regiones del Perú, comparte el evangelio, cumple tu ministerio, que nadie más parta a la presencia de Dios sin fe ni vida eterna.


Oración: Mi Señor, son muchos los que sufren, quiero ser un instrumento de bendición en tus manos, pon las palabras en mi boca, que todo lo que diga traiga esperanza al que no tiene consuelo. Siempre te bendeciré con mi vida, cumple en ti tu propósito.


Martha Vilchez de Bardales
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1 Comment


Marco Romero Cárdenas
Marco Romero Cárdenas
May 04, 2020

Si el Señor está conmigo nada temeré

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