“Después le dijo su suegra Noemí: Hija mía, ¿no he de buscar hogar para ti, para que te vaya bien?” Rut 3:1
Rut pasó el tiempo de la cosecha espigando en el campo de Booz, en todo este transcurso de tiempo una sabia Noemí estuvo atenta a los detalles que Booz le dio a Rut, entonces, cuando se acabó la siega de la cebada y la del trigo; Noemí entendió que era el momento de actuar.
Y Noemí le dijo: “Hija mía, ¿no te buscaré un descanso para que te vaya bien?” otras versiones traducen esta frase con más exactitud:
Un día Noemí le dijo a Rut: —Hija mía, yo debo buscarte un esposo que te haga feliz. NBLA
Después su suegra Noemí le dijo: «Hija mía, ¿no he de buscar seguridad para ti, para que te vaya bien? NBV
Un día Noemí le dijo a Rut: ―Hija mía, ¿no crees que ya es tiempo de que trate yo de encontrar un marido para ti, y que así formes nuevamente un hogar feliz? NTV
Un día su suegra Noemí le dijo: —Hija mía, ¿no debiera yo buscarte un hogar seguro donde no te falte nada? CST
Un día su suegra Noemí le dijo: ―Hija mía, ¿no debiera yo buscarte un hogar seguro donde no te falte nada? PDT
En otra ocasión, Noemí, la suegra de Rut, le dijo: —Hija, tengo que buscar un buen hogar para ti. BLP
Un día Noemí le dijo a Rut: —Hija mía, es tiempo de que yo te encuentre un hogar permanente para que tengas un porvenir asegurado. NTV
Unos días después Noemí dijo a Rut: — Hija mía, quiero buscarte un hogar donde seas feliz. BLPH
Como les dije, Rut ya no tenía nada más que hacer en los campos de cosecha, donde Booz aparecía a diario y donde era incansablemente amable y caballeroso con ella. Noemi habría estado esperando con prudencia el momento para mostrarle el proyecto que tenía para ella.
En la traducción de la Reina Valera leemos: “Hija mía , ¿no debería buscarte un descanso?" La expresión descanso , o lugar de descanso, era una clara referencia a que Rut pudiera tener su propio hogar. Noemí quería que su hija del corazón fuera completamente feliz, que tuviera la satisfacción de tener su propia familia, Noemí quería un hogar para el corazón de su hija. En un hogar así, cálido y puro, con un esposo que la cuide y ame, ella podría reposar después de haber trabajado tanto sólo por cuidarla con tanta devoción.
Dejo volar mi imaginación y veo a Rut regresando después de cada jornada de trabajo con el peso de la cosecha, seguramente cansada pero feliz de poder darle a Noemí lo necesario para quitarle la amargura y devolverle la alegría de antes. Pienso en Booz quien había mostrado una gracia maravillosa hacia Rut. Había puesto a su disposición sus campos, su maíz, sus doncellas y sus jóvenes. Le había dado agua de su pozo, maíz tostado de su mesa y puñados de trigo dejados caer con determinación para ella.
Todas estas bendiciones, sin embargo, aunque eran la provisión necesaria, no terminarían de devolverles la alegría a estas dos viudas. Todavía faltaba algo para satisfacer sus corazones. Así es nuestra vida diaria, podemos trabajar para traer el pan a la mesa de nuestros hogares, pero eso no es suficiente para alegrar el alma, necesitamos tener a Cristo, su Palabra y promesas son las que llenan el corazón, es todo lo que necesitamos para sentirnos realizados.
Noemí era consciente que Rut se merecía un futuro feliz. Le dijo: “Para que te vaya bien, que es lo mismo de decir: “para que seas feliz”, o “para que tengas tu propio hogar”, o “Para que tu porvenir esté asegurado” o "Para que tengas un compañero para toda tu vida". Recuerden que Noemí oró por esto mismo en Rut 1:8-9 “Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo. Os conceda Jehová que halléis descanso, cada una en casa de su marido”.
Noemí se sentía responsable del futuro esposo y del hogar de Rut. Y esta responsabilidad le devolvieron la esperanza y alejaron la depresión de su corazón. El propio apóstol Pablo escribió que quería que "las viudas más jóvenes se casaran, tuvieran hijos, cuidaran la casa y no dieran al enemigo motivo de reproche". 1 Timoteo 5:14. Noemí quería que su fiel compañera reciba tranquilidad, reposo, alegría, descanso y satisfacción, y eso lo podría encontrar formando un hogar con un varón temeroso de Dios, Noemí quería que Rut tuviera un compañero para toda su vida.
A pocos días de celebrar un aniversario más de matrimonio junto a mi amado Miguel (37 años) puedo decir que en efecto, un hogar donde Cristo es la cabeza de la pareja es un lugar de descanso, un refugio donde Satanás no puede entrar, un oasis de calma, solaz y placer, y como lo fue Booz, mi esposo es el varón fuerte que me provee todo lo que anhelo, y donde recibo el trato digno como Cristo cuida y ama a su Iglesia.
Mi oración es que tu hogar sea este remanso de tranquilidad y alegría. Tus oraciones por mi hogar, serán 37 años de matrimonio más 7 años más de enamorados, 43 años de felicidad. Gracias a Dios.
Con amor:
Martha Vílchez de Bardales
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