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Foto del escritorIB La Molina

Tercos como una mula

Jueces 2: 16- 19 Devocional 29/01/2021


"Y Jehová levantó jueces que los librasen de mano de los que les despojaban; pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; se apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo a los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así. Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían. Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino." Jueces 2: 16- 19




Esperaba a mi esposo el día de ayer paradita en la puerta del templo, como muy cerca está el paradero de buses me puse a mirar a la gente que bajaba y subía apurada. Y, ¡oh sorpresa! todos, todos, incluso el chofer y la cobradora del micro, así como los pasajeros, no usaban la mascarilla, no guardaban distancia, se tocaban la nariz y parecían no tener nada de preocupación por la enfermedad.


Un señor que hace de “hombre de tiempo” y toma nota de la llegada de cada transporte público se sienta todos los días en la puerta del templo y usa su mascarilla al nivel de la barbilla. Como estaba sorprendida de tanta informalidad, me atreví a pedirle con la mayor delicadeza que se coloque bien el barbijo porque es para su propia protección. Menos mal que no me insultó y se puso bien el tapa boca.


Hay muchas personas que no son capaces de flexibilizar su posición, aunque eso le traiga consecuencias. Los tercos hacen cumplir su decisión por encima de la opinión o deseos de los demás. La terquedad se ha ganado muchos títulos y frases que describen esa actitud negativa: "terco como una mula" es una expresión que se usa para describir a las personas que son especialmente inamovibles. Creo que ayer vi muchos “tercos” porque oponerse a cuidarse a sí mismo es propio de gente sin conciencia.


"Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti". Este texto de Salmos describe perfectamente a quienes imponen su voluntad a cualquier costo.

En el texto que hoy quiero meditar vemos que Dios se enfrentó con frecuencia a un pueblo terco que continuamente fracasaba y se arrepentía. “Y Jehová levantó jueces que los librasen” Sólo un Dios de Amor pudo mostrar tanta misericordia a Israel. Debido a su gran amor por su pueblo, Dios levantó jueces, líderes heroicos, para rescatar a Israel de sus calamidades. Dios hizo esto; no debido a que Israel mereciera a tal libertador, pero a pesar del hecho de que no lo merecían.


A pesar de que Dios les dio a Israel a estos líderes heroicos, ellos no oyeron a sus jueces en los asuntos del liderazgo espiritual. Ellos querían a los jueces como líderes políticos y militares, pero no como líderes espirituales. Ellos querían un director que dirigiera los asuntos de administración pública, pero rechazaron la guía espiritual. Es que los cananeos y sus prácticas de libertinaje eran demasiado atractivos para no copiarlos. Ellos llevados por un espíritu de fornicación, una fuerte inclinación al mal, un ímpetu vehemente a la prostitución; un deseo de hacer lo que les daba la gana, los volvió tercos e infieles a Dios.


A pesar de todo, cuando la nación clamaba a Dios en los tiempos de emergencia, Él contestaba con misericordia y fidelidad.

Este principio puede explicar el porqué algunas personas tercas no pueden salir del círculo vicioso de crisis. A veces el Señor tiene que permitir que sean probados porque es la única manera que aprendan a obedecer.


Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres”


El patrón de servidumbre, liberación y bendición; seguido por pecado y servidumbre es un hecho desalentador que se repite en muchas vidas de creyentes hoy en día. Este ciclo desalentador que leemos en las escrituras se repite como si fuera una maldición. Pero no es una maldición, sino la terquedad de quienes quieren hacer lo que les da la gana, sin temor a Dios.


“No se apartaban de sus obras ni de su obstinado camino”.


Cuando suceden catástrofes solemos mirar quién se equivocó, pero el texto dice que la nación no se apartó de sus malas obras. Cada individuo era responsable de su falta. El pecado no era la falta de su vecino, era el pecado de cada individuo terco y no era posible que le echara la culpa a nadie más. “Ni de su obstinado camino”: La antigua palabra Hebrea traducida a obstinado (también traducido como de dura cerviz) era una palabra que también se aplicaba a Israel en muchas ocasiones durante el Éxodo. Esto muestra que un cambio de lugar, aun estando en la Tierra Prometida, no significó un cambio de corazón para Israel.


La antigua palabra Hebrea para obstinado (kawsheh) viene de la idea de ser duro, terco o severo. El ser obstinado en contra de Jehová es el tener un corazón duro e inflexible; y el resultado es una vida difícil.


MI amado hermano, antes de ser terco y mirar cómo los demás se alejan de Dios, seamos sinceros y permitamos que Dios saque esa fea actitud del fondo de nuestro corazón.


Con amor


Martha Vílchez de Bardales


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