"Así que Sansón descendió a Timnat junto con sus padres. De repente, al llegar a los viñedos de Timnat, un rugiente cachorro de león le salió al encuentro. Pero el Espíritu del Señor vino con poder sobre Sansón, quien a mano limpia despedazó al león como quien despedaza a un cabrito. Pero no les contó a sus padres lo que había hecho. Luego fue y habló con la mujer que le gustaba. Pasado algún tiempo, cuando regresó para casarse con ella, se apartó del camino para mirar el león muerto, y vio que había en su cadáver un enjambre de abejas y un panal de miel. Tomó con las manos un poco de miel y comió, mientras proseguía su camino. Cuando se reunió con sus padres, les ofreció miel, y también ellos comieron, pero no les dijo que la había sacado del cadáver del león. Después de eso su padre fue a ver a la mujer. Allí Sansón ofreció un banquete, como era la costumbre entre los jóvenes." Jueces 14: 5-10
Sansón fue un hombre que pudo ser un ejemplo de integridad porque desde niño fue separado para ser un hombre puro y dedicado a la obra de Dios. pero él fue todo lo contrario, era un joven fácil para reaccionar impulsivamente, jugaba con el poder que tenía y en cuanto a su compromiso espiritual, totalmente relajado.
En el capítulo que hoy meditaremos le sucedieron tres hechos que demuestran claramente su deterioro espiritual. Parece que el alma de Sansón no estaba en comunión con el Señor, quizá sus padres hicieron todo lo posible para encaminarlo por el camino de la santidad, pero él, aunque creció en un lugar con principios de temor a Dios, estas verdades no se adentraron en la profundidad de su corazón.
Como vimos ayer, Sansón se encaprichó con su enamoramiento a primera vista, aunque sus padres le hicieron ver su error, él decidido a hacer su voluntad los obligó a acompañarle para cumplir con la formalidad del matrimonio con una filistea. La primera muestra de su locura fue justo en este momento, cuando se dirigían a Timnat, Sansón se desvió hacia un viñedo y allí se encontró con un cachorro de león. Sansón era nazareo, su voto era claro, no podía beber vino, ¿por qué se desvió al viñedo? ¿Por qué se metió al lugar donde estaba la tentación?
Creo que el declive de Sansón empezó desde antes que conociera a la filistea, algo en él lo fue conduciendo a ser un joven engreído, caprichoso, sin verdadera comunión con Dios. Y al conocer a la filistea, quien se le metió por los ojos, lo convenció que era mejor hacer su propia voluntad.
Sansón se metió en un lugar prohibido. Y estando en el viñedo, se encontró con el cachorro de un león, él entonces, destrozó al león con sus propias manos. Pero aquí ocurrió un detalle, Sansón no le contó a sus padres lo que había hecho. ¿Por qué no quiso contar esta hazaña? Creo que cualquiera se sentiría orgulloso de poseer tal fuerza y lograr dominar al rey de la selva, lo que sucede es que por el voto del nazareo no se podía tocar un cadáver, ¡hacer esto era una violación al voto!
Cuando eras joven y cometías una falta, de todas maneras era tu obligación darle los detalles de tu error a tus padres. Eso me pasó a mi. Pero ellos no se quedaban satisfechos si sólo les decía el “pecado”. ¡Oh no! Ellos querían saber, qué me impulsó a fallar, qué pensaba yo antes de pecar, querían saber de dónde aprendí a hacer eso. Todo ese escrutinio era un dolor de cabeza, pero recuerdo que cuando contestaba una a una las preguntas, me iba dando cuenta lo necia que fui al pecar.
Me imagino que Sansón no quiso que sus padres (ya bastante decepcionados por la mujer que eligió) supieran todo lo demás que hizo y que rompió el voto hecho a Dios. Al manipular el cadáver del león, Sansón se volvió ceremonialmente impuro y contaminado ante Dios. Pero lo mismo volvió a suceder en el versículo 9. Esta vez Sansón viajó solo y nuevamente se detuvo en el viñedo para volver a visitar la escena de su gran hazaña.
¿Qué fue lo que encontró? Pues nada menos que un panal de miel dentro del cadáver seco del león. Inclinándose entonces, sacó la miel con las manos y se la comió. Más tarde les dio un poco de miel ¡a sus padres! pero no les dijo de dónde venía. ¿Por qué? Porque lo obligaría a revelar que había tocado un cadáver. Eso no es todo. Según el versículo diez, Sansón hizo una fiesta "como era costumbre para los novios".
La fiesta fue como una cena de ensayo o como una despedida de soltero. Este tipo de fiestas era en realidad una fiesta para beber. En este tipo de banquete la gente se emborrachaba. En el libro de Números se encuentra la relación de especificaciones sobre los que hacían el voto de nazareo: no debía beber vino ni bebidas embriagantes. Y aquí Sansón está dando una fiesta clave justo antes de su boda.
¿Eso significa que el propio Sansón tomó un trago? No lo sabemos, pero estando en un lugar de jolgorio y habiendo faltado varias veces a la verdad, creo que sí podría haberlo hecho.
Vamos a mirar los pasos en falso que dio Sansón: Sansón y el león, Sansón y la miel y Sansón y la fiesta. Todos estos hechos violaban su voto nazareo. Parecía que Sansón quería vivir al borde de lo prohibido, quería jugar mintiendo y faltando al compromiso con Dios.
En la vida de Sansón puedo ver a un creyente que primero se deja tentar, que juega en la línea que limita su libertad, que se va enfriando, por eso miente y oculta la verdad, y finalmente veo a un creyente que se aleja cada vez más de Dios.
Lo único que Sansón guardaba, lo único que le quedaba de su compromiso de santidad era su cabello. Si mirabas su cabello largo, podría haberte engañado que era un nazareo, un hombre dedicado a Dios, pero su estilo de vida contaba otra historia. Por fuera parecía un hombre de Dios, pero por dentro no era diferente a un filisteo más.
Eso es lo que sucede cuando te alejas de Dios. Empiezas de manera bastante inocente, probando el agua, deambulando con cuidado donde no perteneces, siguiendo tus emociones para ver a dónde te llevarán, yendo casualmente por tu propio camino, ajeno a aquellos que te advertían del peligro que se avecinaba.
El frío espiritual se va secando con el tiempo, los compromisos espirituales ya no significan mucho, el tiempo con otros cristianos (con las lindas reuniones de las redes sociales cristianas) ya no te provocan en nada participar. Finalmente terminas como Sansón, con un aspecto espiritual por fuera, pero mundano por dentro.
Dios quiere cumplir su propósito perfecto en tu vida como hijo de Dios. Por favor no te alejes de tu Padre celestial.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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