"Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos. El camino del justo es rectitud; tú, que eres recto, pesas el camino del justo. También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma. Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia. Isaías 26:3-4,7-9.
Es una tentación empezar el día leyendo las noticias sobre los últimos reportes del avance del virus, cuántos contagiados, cuántos fallecidos, cuantos en cuidados incentivos. Por eso esta mañana los animo a escudriñar en primer lugar, su Biblia, y mejor si ella está sobre la mesita al lado de la cama. No leer la biblia en la aplicación del celular porque la tentación de irse a leer un tweet es muy fuerte.
Empezar el día con una mala noticia es desear no tener paz. ¿Quién quiere a propósito estar inquieto y preocupado sin seguridad ni confianza? Creo que nadie.
El texto que hoy les comparto habla sobre la paz que Dios quiere darte. Es una completa paz. Esta extraordinaria promesa fue entregada en la etapa más oscura de la historia de Israel, así que bien puede ayudarnos justamente en este tiempo en que la pandemia mundial ha provocado tanta angustia, depresión e inseguridad.
En Lima hemos empezado la estación del invierno, ya no amanece el día con un sol resplandeciente, el frío y la humedad se empiezan a sentir con fuerza, todo se suma para que nos levantemos temblando, el frío añade a la desilusión más frustración, la alarma de las noticias y la falta de sol provoca más miedo.
Cuantas veces habrás leído este versículo y te pareció hermoso, pero leerlo cuando la prueba es fuerte se hace más que hermoso, son palabras necesarias para vivir. ¡Qué maravilloso que en medio de la más dura batalla y en lo peor de la tormenta el alma confiada puede tener paz interior, una paz en lo más profundo y una tranquila confianza!
Tú guardarás en completa paz. Es una promesa divina, una promesa vigente y dispuesta para todos: ¡Pero qué promesa! ¡Perfecta paz! Dios promete que podemos tener perfecta paz, e incluso ser guardados en un lugar de perfecta paz. ¿Quieres esa promesa para ti? Puedes decirle: ¡Yo necesito esa paz Señor!
En hebreo, el término perfecta paz es Shalom Shalom. Esto revela como en el hebreo, la repetición comunica intensidad. No es sólo Shalom; es Shalom Shalom, perfecta paz. Para Dios una vez no es suficiente, Él quiere darte dos y tres veces más tranquilidad y seguridad porque eres su hijo.
El mundo busca su tranquilidad de muchas formas, el ama de casa tiene paz si la alacena está llena de provisiones por eso quiere ir al mercado todos los días, el jefe de casa quiere tener paz y por eso trabaja todo el día en casa o se expone en la calle, porque se sentirá confiado si tiene suficiente dinero, los jóvenes quieren paz, los niños también, pero la paz parece escapar de todos ellos, porque los bienes, las riquezas, los placeres de este mundo son pasajeros. Sólo Dios puede darte una perfecta paz, sólo el Señor nos guardará en ella.
Para tener paz hay que buscar a Dios, hay que llenar la mente de sus Palabras, hay que memorizar sus promesas. Dice el texto que tendrá paz “aquel cuyo pensamiento en ti persevera”. Este es el lugar de perfecta paz, y la fuente de ella. Cuando mantenemos nuestra mente resistiendo a todo lo que el mundo quiere distraernos y miramos a Dios, entonces podemos ser guardados en perfecta paz.
Recuerdo cuando empezó la cuarentena, en los centros comerciales desaparecieron muchas cosas, desde útiles de aseo a comestibles, parecía que la gente sufrió de la pandemia del egoísmo, quisieron tener paz quitando la oportunidad que otros tenga provisión.
¡Satanás ama llenar nuestras mentes de egoísmo, alarma, afán y mucho miedo, el diablo intenta poner tu mente en cualquier cosa menos el Señor! Por eso la gente seguirá acaparando, seguirá pensando sólo en sus necesidades, seguirán sin paz. Pero los que confían en Dios, tendrán paz, dice el Proverbios: Fíate de Jehová con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. La palabra para fíate en Proverbios 3:5 viene de la misma raíz de la palabra permanecer en Isaías 26:3. Cuando confiamos en El Señor, no nos apoyamos en nuestra prudencia. Fiarse del Señor es confiar en Él. El ser sostenido por el Señor es confiar en Él. La batalla que ha empezado en todo el mundo es la falta de paz, no es una guerra con armas nucleares ni nada por el estilo, la inseguridad empieza en la mente, pero los que confían en Dios, tendrán paz y compartirán esa esperanza en todo lugar.
Para ser guardados en esta perfecta paz, nuestros pensamientos deben permanecer en El Señor. Si nuestra mente permanece en nosotros mismos, en la pena que tienes por no gozar de libertad, por no poder estar con tus amigos, en el miedo por ser contagiado, en los problemas por falta de seguridad económica, o en cualquier otra cosa, no podrás tener esta perfecta paz.
Que la maravillosa paz del Padre Amoroso inunde tu corazón y que todo lo que ocurre en el mundo no turbe tu corazón, confía Dios está trabajando.
Oración: Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia, pero yo pensaré en ti. Amén.
Martha Vílchez de Bardales
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