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Foto del escritorIB La Molina

Sean gentiles con todos

“Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?” Santiago 2:1-5


Nadie que esté bien de la cabeza permitiría que una serpiente cascabel llena de veneno mortal anduviera suelta por su casa, sin embargo el enemigo de Dios representado por la serpiente bíblica encuentra muchas puertas abiertas e incluso la bienvenida en casas cristianas y en la propia iglesia:

“Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.” 2 Corintios 11:3

La maldad se ha infiltrado en los lugares más protegidos, el matrimonio, los hijos, las iglesias, entre amigos y el gobierno. Por eso si antes se reconocía un cristiano por ser gentil, dadivoso, generoso y amable, hoy es difícil encontrar cristianos amables porque la maldad se mete en el corazón. Se ha deslizado por los lugares menos cuidados y ha inoculado su veneno de maldad sin que los miembros se den cuenta, por eso, si lees la Biblia con atención, reconocerás estas artimañas porque la tarea del cristiano es resistir al enemigo.

Santiago escribió en una época donde la sociedad estaba llena de prejuicios y odio basado en la clase, las etnias, la nacionalidad y el trasfondo religioso. En ese tiempo, en el mundo se categorizaban permanentemente a las personas debido a que eran judíos o gentiles, esclavos o libres, ricos o pobres, griegos o bárbaros, o lo que fuera. Por eso era necesario presentar la obra de Jesús quien vino a romper con esas murallas de división y traer el Reino de Dios.

Pero esta misión del apóstol es la misma que hoy debemos poner en obra, enseñar a tener fe en nuestro Señor Jesucristo, sin acepción de personas.

Santiago parece dar una exhortación tipo reprimenda a la iglesia, porque entre hijos de Dios, el deber que todo creyente debe mostrar es cortesía, generosidad, bondad, sensibilidad, desprendimiento, desinterés y mucha consideración, que jamás debe descuidarse, honrar a todos aplicando las reglas del amor perfecto de Dios.

En esa época algunos creyentes se sentían más proclives a estar cerca a los “bendecidos” es decir a los que ellos consideraban “mejores cristianos” ya que no les faltaba nada, y por lo tanto si son exitosos y ricos es porque son más consagrados. Entonces cuando entraba al templo uno de esos famosos por sus adornos de oro, eran ubicados en los mejores lugares, pero al que llegaba con ropas harapientas ni siquiera le ofrecían un lugar donde sentarse.


Cuando las apariencias son más importantes que el amor cristiano, pecamos. También pecamos cuando juzgamos a las personas por lo que tienen o no tienen, como si esto fuera causa de una falta grave o una bendición abundante. Cuando asumimos que el hombre rico es más importante para Dios, o más bendecido por Dios, entonces ponemos mucho valor en las riquezas materiales y esto es pecado.

Una de las enseñanzas hermosas que Dios me ha dado durante mi caminar cristiano es que todo lo que hagas para el Señor debe ser sin ningún interés de por medio, por ejemplo, cuando el ministerio que dirijo organizó una campaña de salud, o una campaña por friaje, navidad o útiles escolares, el motor de la obra siempre fue bendecir a los niños, nunca pensamos en aprovechar esta misión para recibir beneficios de reconocimiento o algún regalo especial. Si hubiéramos hecho algo pensando en los beneficios que nos daría Dios a cambio, creo que no hubiera recibido nada por ese pensamiento lleno de veneno de avaricia.


Dios mira de frente el corazón, ve cada intención, escudriña cada pensamiento, por lo tanto, si desprecias un poquito al que no te puede dar nada, el Señor dice: “Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?”


Estuve casi un mes viajando a diferentes lugares, y Dios me ha bendecido rodeándome de creyentes llenos de amor, he experimentado la cortesía, generosidad, bondad, honra y doy testimonio que Dios nunca desampara a sus hijitos, es maravilloso entrar a un lugar vistiendo harapos y aún así ser recibido como un siervo de Dios.


La serpiente venenosa del interés, el racismo, discriminación, egoísmo, vanidad, mentira y juicio se ha infiltrado en todo lugar, no permitas que se meta en tu corazón, dale a tu prójimo con generosidad, se cortés con todos, mira con humildad a cada hijo de Dios, honra sin esperar nada a cambio.


Con amor


Martha Vílchez de Bardales


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