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Foto del escritorIB La Molina

Regresaron al mundo

“Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.” Filemón 1:23-25



Cada uno de los personajes mencionados en esta última parte de la carta tienen mucha importancia en la iglesia primitiva, por ser compañeros, colaboradores y siervos de Dios junto con Pablo. De cada uno tengo que darles un pequeño resumen y sobre todo una lección valiosa:

Epafras fue un predicador cristiano que evangelizó a los colosenses, y es considerado el fundador de la Iglesia de Colosas, También es mencionado dos veces en el Nuevo Testamento, en la Epístola a los colosenses, y en la Epístola a Filemón. ​Cuando San Pablo fue hecho prisionero en Roma, Epafras acudió a él con noticias favorables relacionadas con la iglesia y permaneció con Pablo en Roma. Fue, en cierto sentido, su “compañero de prisiones”, de eso Pablo dio testimonio de la perseverancia de este buen siervo de Dios, y también de su trabajo tanto allí como en Laodicea y Hierápolis.

Lucas es uno de los cuatro autores de los evangelios y de Hechos. Pablo lo llama “el médico amado” por lo tanto, se cree que fue tanto médico como discípulo de Pablo de Tarso. Lucas acompañó a Pablo en varios de sus viajes misioneros. Su forma de escribir es en tercera persona, pero se incluye en la historia cuando es parte de un viaje, como en Hechos 16:10 cuando un grupo va a Macedonia después de una visión que Pablo tuvo. Hace lo mismo en el capítulo veinte cuando van hacia Troas. En Hechos veintisiete y veintiocho lo vemos en Roma y Malta. Creo que Lucas fue un fiel discípulo de Pablo y estuvo con él durante su último encarcelamiento de acuerdo a Timoteo 4:9-11 “Procura venir pronto a verme, porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia. Sólo Lucas está conmigo”.

Los otros dos personajes que menciona Pablo fueron también en algún momento importantes para el ministerio, pero les faltó perseverancia:

Juan Marcos, que normalmente solo se le llama Marcos, es el autor del evangelio de Marcos. Él era un creyente en la iglesia primitiva, se le menciona en el libro de los Hechos. Fue el hijo de una mujer llamada María, Hechos 12:12, cuya casa se usaba como un lugar de reunión y oración. Marcos se convirtió en compañero de Bernabé y Pablo durante los viajes que realizaron juntos, Hechos 12:25. También vemos que fue primo de Bernabé, Colosenses 4:10. Fue ayudante en el primer viaje misionero de Pablo y Bernabé, sin embargo, no se quedó durante todo el viaje. Juan Marcos abandonó a Pablo y Bernabé en Panfilia y dejó la obra. Hechos 15:38. No conocemos el contexto de este abandono, pero suponemos que fue después de un tiempo infructuoso, en Chipre, ya que allí hubo una oposición demoníaca muy fuerte. Es posible que el joven Juan Marcos se hubiera desanimado por la dureza de lo que veía en el camino y decidió volver a las comodidades del hogar.

Demas. El otro personaje que abandonó a Pablo fue Demas. Él estuvo con Pablo durante su primer encarcelamiento en Roma. Nativo de Tesalónica, siguió decidido al apóstol en la misión de evangelizar el mundo, por eso Pablo lo llamó “colaborador”, pero finalmente no fue completamente confiable, incluso cuando estuvo cerca de Pablo, porque lo abandonó prefiriendo regresar al mundo.

Lucas, Marcos y Aristarco fueron hombres bien conocidos en la iglesia primitiva. Marcos escribió un evangelio. Lucas escribió el Evangelio que lleva su nombre y el libro de los Hechos. Aristarco cumplió condena en prisión con Pablo, pero Demas también formaba parte del equipo de estrellas, todos compañeros de viaje del gran Apóstol. Pero no todo el que se afirma siervo de Dios, persevera fielmente en el llamado divino.

¿Cuántas veces has visto a creyentes alejarse de Dios? Ser cristiano no significa haber pasado al altar, ponerte de pie, hacer una oración de confesión, hacer un curso de discipulado, o visitar la iglesia una vez al mes. Creo que Demas se convirtió y fue como ponerle dinamita en los pies, porque se disparó como saliendo de un cañón, y se enlistó en la obra misionera, pero unos meses después, el entusiasmo se apagó y la misión (en su cabeza solamente) se terminó.

Esto se repite con la iglesia post pandemia. Ahora vemos que la pandemia nos ha dejado creyentes post pandemia, están los que oraron, sirvieron con amor, y siguen perseverando. Y están los que hasta ahora están ausentes, como si el cautiverio siguiera. ¿Dónde están los cristianos? ¿Han abandonado la obra como Demas y Juan Marcos?

Jesús habló de este tipo de persona en la Parábola del Sembrador, esa semilla que cayeron sobre la piedra, son los que cuando oyen, reciben la palabra con gozo; pero no tienen raíz, son los que por un tiempo creen, y en el tiempo de la tentación se apartan. Jesús dijo que esas personas son las que escuchan la Palabra, se emocionan y comienzan a caminar con el Señor, pero cuando vienen las pruebas, las tentaciones y los problemas, se apartan.

La vida cristiana es una carrera dijo Pablo, pero no una carrera de velocidad donde gana el más rápido, hay creyentes que empiezan fervorosos, pero poco a poco se van agotando y si las cosas se ponen difíciles ya no quieren avanzar. Demas empezó apasionado, pero esa misma pasión lo llevó a buscar el placer en el mundo, este mundo que siempre prefirió, sobre las cosas de Dios.

Termino así estos breves devocionales sobre Filemón, espero que hayas estudiado esta carta con tu Biblia abierta, recuerda que Dios quiere que seas fiel, perdones toda ofensa, también pidas perdón, y perseveres en la carrera cristiana. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con tu espíritu. Amén.

Con amor

Martha Vílchez de Bardales


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