“Dios Padre los conocía y los eligió desde hace mucho tiempo, y su Espíritu los ha hecho santos. Como resultado, ustedes lo obedecieron y fueron limpiados por la sangre de Jesucristo. Que Dios les conceda cada vez más gracia y paz.” 1 Pedro 1:2
El amado apóstol Pedro siguió cuidando de las ovejas del Señor antes de ser ejecutado, esta responsabilidad recibida del propio Señor Jesucristo se cumplió con un trabajo esforzado, porque Pedro se ocupó de fortalecer a los hermanos, instruirlos en la fe, reforzar cada enseñanza del Maestro y advertirles de los peligros que enfrentarían de parte de los falsos maestros.
Tenemos que recordar que la iglesia en sus comienzos tuvo que atravesar muchas pruebas duras, así que este gran hombre de Dios entendió que su tarea era preparar a los creyentes advirtiéndoles que la persecución podía hacer que crezcan en la fe o que terminen quejándose de ser cristianos.
Por todo esto que observo apenas empezando a meditar en esta carta, creo que es urgente leerla con detenimiento porque en este tiempo de post pandemia, después de haber pasado por el miedo a la enfermedad y el dolor de tantas pérdidas humanas, debemos recordar, como lo hizo la Iglesia primitiva, nuestras raíces cristianas. Porque cada creyente que ha nacido de nuevo, tiene una esperanza viva, y por lo tanto, el carácter como la conducta deben ser irreprensibles, lo que significa que pueda mostrarse como verdadero discípulo de Jesucristo.
Antes de meditar en cada verso día por día y en orden, quiero mostrarles algunas palabras claves que Pedro menciona acerca de los cristianos. El apóstol dice que tu y yo, como hijos de Dios, debemos exhibir características espirituales. Estas características son como los rasgos físicos que heredamos de nuestros padres, o como el ADN que nos diferencia de otras personas. Todo cristiano debe ser como:
Niños: Como bebés recién nacidos, deseen con ganas la leche espiritual. 1 Pedro 2:2.
Piedras vivas: Y ustedes son las piedras vivas con las cuales Dios edifica su templo espiritual. 1 Pedro 2:5.
Sacerdotes: Además, son sacerdotes santos.Por la mediación de Jesucristo 1 Pedro 2:5b.
Extranjeros: ya que son extranjeros y residentes temporales, les advierto que se alejen de los deseos mundanos y sin mancha del mundo. 1 Pedro 2:11.
Peregrinos: Sean como peregrinos en este mundo, apártense de los deseos pecaminosos que combaten contra la vida. 1 Pedro 2:11b.
Ciudadanos: Rindan obediencia a los gobernantes. 1 Pedro 2:13.
Personas: Respeten a todos y amen a los hermanos de la familia de Dios. Teman a Dios y den honor al gobernante. 1 Pedro 2:17–18.
Siervos: Esten sujetos con todo respeto, no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. 1 Pedro 2:18b.
Los que sufren: Pero si sufren por hacer el bien y lo soportan con paciencia, Dios se agrada de ustedes. 1 Pedro 2:20–21.
Mayordomos: Dios, de su gran variedad de dones espirituales, les ha dado un don a cada uno de ustedes. Úsenlos bien para servirse los unos a los otros. 1 Pedro 4:10.
Los que hablan conforme a las palabras de Dios: ¿Has recibido el don de hablar en público? Entonces, habla como si Dios mismo estuviera hablando por medio de ti. ¿Has recibido el don de ayudar a otros? Ayúdalos con toda la fuerza y la energía que Dios te da. Así, cada cosa que hagan traerá gloria a Dios por medio de Jesucristo.1 Pedro 4 :11.
¿Se dan cuenta que importante es la epístola de Pedro para nosotros hoy en día? Esta epístola se enfoca en la importancia de que todos nosotros como cristianos estemos listos a soportar el sufrimiento, aunque sea injusto, pero soportar no significa aceptar el maltrato con resignación, sino que en medio de la prueba sigamos viviendo bien:
“Es obvio que no hay mérito en ser paciente si a uno lo golpean por haber actuado mal, pero si sufren por hacer el bien y lo soportan con paciencia, Dios se agrada de ustedes.” 1 Pedro 2:20
Pedro es importante para mí porque lo veo siempre al lado de Jesús, caminó con él sus tres años de ministerio, y a pesar de vivir en un mundo hostil y vengativo, nunca dejó de ser Santo.
Gracias por empezar conmigo estos nuevos devocionales hechos con estudio, oración y amor.
Martha Vílchez de Bardales
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