“El egoísta sólo busca satisfacer sus caprichos, desprecia cualquier consejo que se le da. El bruto no busca entender a los demás, sino que los demás lo entiendan a él. El perverso entra acompañado del desprecio, la deshonra y la vergüenza. El bruto abre la boca para meterse en líos, con lo que dice se busca problemas. El bruto cae por su propia boca y con sus labios se destruye a sí mismo.” Proverbios 18:1-3, 6-7
Desde que empezamos a relacionarnos con diferentes personas, sean familiares, compañeros de clase, trabajo, hermanos en la iglesia, etc. Tuvimos que aprender a interactuar con diversos caracteres. Creo que las personas y sus reacciones nos dejaron huellas desde la niñez, porque sin querer aprendimos a catalogarlas según sus diferentes personalidades: La mamá quejosa, el papá cansado, la abuelita consentidora, el tío amargo, la maestra gritona, el hermano exagerado, etc.
Nuestra manera de ver a estas personas crearon prejuicios que nos hicieron catalogarlos y esperar de ellos estas reacciones, entonces para nuestra percepción algunos de ellos quedaron etiquetados como individuos con buen carácter y otros de pésimo humor.
Los versos que quiero meditar con ustedes expresan las conductas de alguien que justamente hace todo lo que es demostración de alguien con malas reacciones, por eso parece egoísta, rebelde, le gusta alardear, no hace caso a nadie, es conflictivo, sarcástico, indiscreto, hablador e intolerante. Los de "mal carácter son personas que se sienten atacadas, se enfadan con mucha facilidad y reaccionan de forma defensiva constantemente.
La persona con este tipo de reacciones se hace conocida como “el conflictivo” y por eso, no está dispuesto a hacer sacrificios personales para llevarse bien con los demás, muestra siempre una falta de voluntad para ser tolerante y comprensivo y por eso prefiere alejarse de las personas, como dice el verso: “Su deseo busca el que se desvía”. Prefiere estar sólo que acompañado de personas "poco inteligentes".
Hermanos, Dios nos diseñó según su propia naturaleza trina; Él nos diseñó para vivir en comunidad. No es correcto alejarse con la excusa de ser incomprendido, ni tampoco separar al del “mal carácter” porque no estamos dispuestos a ayudarlo a llevarse bien consigo mismo y con los demás.
Sabemos que lo que deleita al “mal geniudo” es expresar sus propias ideas, entonces si hace preguntas, es para mostrar cuán listo es, en lugar de aprender. Él se enfoca en sí mismo en lugar de Dios, y su necedad fluye de esta prioridad equivocada. Es un hecho que la mayoría de las personas con mal carácter nunca están satisfechas en compañía, sino en mostrar su propia necedad y vida vacía.
Entonces si estos versos te muestran algunas reacciones muy parecidas a tu forma normal de actuar, si no importa de qué humor estás y sueles reaccionar con fastidio. Tienes que reconocer que vivir sin alegría ni paz, fastidiarte por la manera de ser de otras personas, incomodarte por lo que hacen o dejan de hacer, todos estos gestos que se desarrollan en tu mente y bajan a tu cara, y salen por tus palabras, te hacen pecar.
La Biblia sin embargo dice que hay una categoría de ira justa (“airaos, pero no pequéis”, dice Efesios 4:26), pero nunca hay mal humor justo. Jesús se enojó e indignó ante los cambistas de dinero en el templo y ante los discípulos que decían a los niños que se fueran. Pero él no estaba malhumorado. El mal humor es pecado, simple y sencillamente.
Por lo tanto para vencer este mal carácter hay que contra atacarlo con la verdad de la Palabra: La verdad es siempre más poderosa que el error:
“Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal” Eclesiastés 11:10.
“No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.” Eclesiastés 7:9.
“Quien no controla su carácter es como una ciudad sin protección.” Proverbios 25:28
“Los ojos son el reflejo de tu carácter. Así que, tu bondad o tu maldad se refleja en tu mirada.” Mateo 6:22-23
“Si tenemos paciencia, nuestro carácter se fortalece y con un carácter así, nuestra esperanza aumenta.” Romanos 5:4
Empezamos este devocional hablando de los gestos feos de la persona de “mal carácter”, pero terminamos dándoles el remedio para ser felices y amistosos, espero que sea de bendición para ti. En la grey de Dios hay muchos “malgeniados y cascarrabias” redimidos, y ahora son ejemplo de ser personas afables y comprensivas.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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