“Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad, comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo.” Efesios 5:9-13
Pablo vio la vida sin Cristo como una vida estéril, necia y en tinieblas, pero la vida cristiana como una vida en la luz. Fue tan claro que expuso con claridad cómo es la actitud de cada grupo de personas. Sin Cristo estás en la oscuridad, pero con el Señor, la luz de Cristo está sobre los creyentes.
“Así que no tengan nada que ver con esa clase de gente porque ustedes estaban antes en la oscuridad, pero ahora están en la luz del Señor. Por lo tanto, vivan como hijos que pertenecen a la luz. La luz trae bondad, justicia y verdad en abundancia. Traten de aprender qué es lo que agrada al Señor. No participen de los actos sin fruto que se hacen en la oscuridad, más bien desenmascárenlos, pues hasta da vergüenza hablar de lo que esa gente hace a escondidas.”
Ayer vimos que la ira de Dios está sobre aquellos que rechazan los preceptos de Dios adrede, hoy nos toca ver los beneficios que se producen en el creyente cuando deciden responsablemente caminar en la luz de Cristo.
La luz produce buenos frutos. Produce bondad, justicia y verdad.
La luz produce bondad: “agathosune” en griego. Cuando pienso en bondad, lo primero que se me viene a la mente son gestos de misericordia mezclados con suavidad y ternura, generosidad y dulzura, esos son los aspectos más amables de la bondad, pero este término griego también incluye cualidades más firmes en cuanto que hacer el bien a otros, no es necesariamente por medios suaves. Por ejemplo este término aparece en el acto de Cristo al purificar el templo en Mateo 21:12-13 y también en su denuncia a los escribas y fariseos en Mateo 23:13-29. Jesús en su naturaleza de bondad quiere lo mejor para nosotros por eso con energía nos corrige con autoridad y nos ayuda a producir el bien a otros.
Al caminar en la Luz de Cristo podrás producir este tipo de bondad, no sólo siendo gentil y generoso, sino provocando también que otros caminen por este sendero de justicia.
La luz produce justicia: “dikaiosune” en griego, es equidad, hacer lo recto, actuar con integridad, hacer justicia porque es lo que Dios exige. Hacer justicia no es simplemente algo intelectual sino que implica acción. La luz que trae Cristo nos hace ciudadanos útiles de este mundo; nos hace hombres y mujeres que nunca faltan al deber, nos hace fuertes para hacer lo que sabemos que es verdad.
Cuando caminamos en la luz, podemos discernir entre lo que agrada y lo que no agrada a Dios. Cada acto nuestro debe ser alumbrado con esta luz para que sean iluminadas y clarificadas, nuestras motivaciones así serán comprobadas si están en el propósito de Dios.
Esto me recuerda a una amiga que sabía comprar ropa de calidad, una vez fui con ella a Gamarra, un emporio de fabricantes peruanos que hacen todo a menor precio. Mientras yo escogía una prenda por su diseño o color, ella sacaba la prenda a la calle, la ponía frente al sol, y me decía si valía la pena o la blusa que elegí, es que la luz revela cualquier defecto decía, ¡y tenía razón!. Porque al ponerla a la luz descubría si las costuras estaban bien hechas, si la tela era de buena calidad, si el estampado era corriente, si se iba a encoger a la primera lavada, o si se iba a desteñir. ¡Todo lo que la luz puede revelar!
Nuestro deber como cristianos es exponer cada acción, cada decisión, cada motivo y pensamiento, a la luz de Cristo.
La luz produce verdad: alêtheia en griego. Significa verdad, sinceridad, realidad. Es quitar el velo para que se vea la verdad. Cuando somos alumbrados con la luz de Cristo podemos ver lo que le agrada al Señor para caminar en esa verdad. Como creyentes la mejor manera de librar al mundo de cualquier mal es atraerlo hacia la luz. Cuando las cosas se hacen en secreto, afectan la salud, dañan el testimonio, se aprende a vivir en la mentira, pero cuando es llevado a la luz del día, lo oculto y en tinieblas es limpiado de inmediato
Por eso la forma más segura de limpiar las profundidades de nuestro propio corazón es traerlas a la luz de la Palabra de Dios.
Estos versos en este momento traen a la luz mis propias motivaciones, por eso le pido al Señor que quite cualquier rasgo que no lo honre, porque mi anhelo es agradar primero a Dios antes que a cualquier persona.
¿Puedes hacer el mismo ejercicio? Comprueba si lo que piensas y haces es agradable al Señor, pon a la luz de Cristo tus motivaciones, intenciones, argumentos e intereses, permite que se vean los más mínimos detalles alumbrados por la luz de Cristo y entonces ponte a cuentas con Dios.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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