"Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre. Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo. Te ruego que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas. Y entrando Gedeón, preparó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo presentó debajo de aquella encina. Entonces el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así. Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista. Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara. Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás. Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom." Jueces 6:15-24
Escuchar las noticias cada día te ayuda a estar informado, pero cuando estas revelaciones vienen acompañadas de las opiniones de gente “realista” y completamente amargada, te dejan con un sinsabor en el alma, pero también están los opinólogos “optimistas” pero que no dicen la verdad, ellos también provocan fastidio porque quieren hacernos creer algo que no es verdad. Así me imagino la situación previa del Gedeón.
El SEÑOR se volvió y fijó la mirada de Gedeón diciendo: “Ve con las fuerzas que tienes y salva a Israel de las manos de Madián. ¿No te envío yo? ”. Creo que en ese momento Gedeón no tenía fuerzas, todo lo contrario, las noticias que había recibido lo habían obligado a recluirse en algún lugar apartado (una cueva) y ser un trabajador de trigo clandestino ¿A qué fuerza se refería Dios? Jehová no se estaba refiriendo a una fuerza natural del hombre, sino a la fuerza dada por Dios. El Espíritu Santo que habilitó a Gedeón es el mismo que nos habilita con Su Poder.
Dios llamó a Gedeón a seguir adelante sobre la base de la fuerza suministrada que siempre acompaña a la tarea que encomienda. Por si sólo Gedeón estaba rezagado, las noticias de Israel sólo le trajeron derrota y desánimo. ¿Acaso lo que vemos hoy en nuestro país no es suficiente para sentirnos el pueblo más corrupto, más abandonado, más empobrecido? Si miramos nuestra fuerza, siempre terminaremos en la derrota, o quizás peor, en la arrogancia auto engañosa. Pero la respuesta de Dios al desánimo o la resignación nunca es un pensamiento positivo, sino la Promesa de Su presencia, Su provisión y Su poder.
Francamente, cuando miro lo que sucede en mi país, las muertes de tantos siervos de Dios, la pobreza de valores, la creciente plaga que se sigue extendiendo, y encima de todo, que no tenemos un gobierno que administre con justicia, me doy cuenta de los poderosos ataques del enemigo contra la Iglesia del Señor que se sigue distrayendo para que no anuncie el evangelio.
Hay un peligro muy grande para la Iglesia, que todos nos sintamos parecidos a Gedeón ante los madianitas, débiles, indefensos e insignificantes.
El apóstol Pablo tuvo razón al decir que no luchamos contra carne y hueso, sino con poderosas fuerzas satánicas (Efesios 6:12). La única respuesta que conozco a ese tipo de desánimo satánico es reclamar la promesa de la presencia de Dios y ordenar mi vida en torno a la verdad de que el Espíritu Santo de Dios habita en mí.
No le sirvo, no puedo ni necesito servirle con mis propias fuerzas. Cuando el Señor comisionó a Gedeón, fue con la promesa de Su fuerza. Cuando Él nos encargó la misión nos dio también la promesa: “He aquí, yo estoy con ustedes siempre”
La franqueza de Gedeón me gusta mucho, es que se mostró delante de Dios en toda su debilidad cuando dijo: "Mi familia es la más pobre de Manasés, y yo soy el más pobre en la casa de mi padre" No bien hubo terminado de decir estas cosas cuando la mirada de Dios lo levantó con una fuerza que nunca lo dejó, nunca más vaciló después. “Dios ha escogido lo necio del mundo para confundir a los sabios; y lo débil del mundo para confundir lo poderoso. "
¡Ay hermanos imaginen cómo nos mira Dios! Jehová nos mira con los mismos ojos que puso en Gedeón, esa mirada traía aliento, esos ojos tiernos y amorosos dijeron, como si hablaran: “Yo estaré contigo; no dudes en buscarme en cada hora de necesidad ”.
Cristo todavía nos mira así a través de este campo de batalla que estamos atravesando, y si nuestros ojos están fijos en Él, seguramente le oiremos decirnos: "Bástate mi gracia; ve con esta tu fuerza".
Un sentido de nuestra propia insuficiencia para la Obra de Dios no es algo malo. ¿Quién de nosotros, cuando fue llamado a servir al Señor, no se ha sentido como un Gedeón indigno y no calificado? Una vez que Dios nos ha llamado y comisionado, todo lo que tenemos que hacer es obedecer por fe, y Él hará el resto. Dios no puede mentir y Dios nunca falla. Fe significa obedecer a Dios a pesar de lo que vemos, cómo nos sentimos o cuáles podrían ser las consecuencias.
Gedeón se dio cuenta que estaba hablando con un Ángel Divino y trajo ofrendas. Pero reaccionó emocionado y con temor cuando verificó que era el propio Jehová delante de él: “Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara.”
Entonces Jehová le dio esta palabra de consuelo al Gedeón aterrorizado. “Paz a ti; no tengas temor, no morirás”.
Gedeón antes tuvo miedo, pero ahora su temor era diferente. No era un temor de cobardía, sino de sumisión al Señor. Él ya no tenía temor de Dios, como queda demostrado por el título dado al altar: Jehová-salom.
Si tienes una relación personal con el Señor obtendrás paz, y al tener paz no significa quietud sino obediencia y servicio. Apenas Gedeón obtuvo esa seguridad empezó la misión. Nuestra misión es ahora predicar de Jesucristo, el evangelio de amor
Prediquemos de Jesucristo, el evangelio de amor
Martha de Bardales
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