“Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud. Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” Santiago 1:1
Se acabó la cuarentena y mi laptop se acabó con ella. ¿Se habrá contagiado de otro virus? Ya me iba a resignar por no poder escribir el devocional diario. Pero si haces promesas a Dios, debes cumplirlas, porque el Señor no se complace en los que prometen, y no cumplen.
El último libro que usamos en el devocional familiar fue el libro de Santiago. Hay varios personajes con el nombre de Santiago mencionados en el Nuevo Testamento, pero los estudiosos conceden este libro a Santiago el Justo, el medio hermano de Jesús (Mateo 13:15), y hermano de Judas (Judas 1), el cual fue pastor de la iglesia en Jerusalem.
El inicio de esta epístola empieza con un saludo especial, Santiago se presenta a sí mismo como siervo de Jesucristo, y todavía más, lo llama: “Señor”. Jesús, para Santiago, no era sólo su hermano, lo reconoció como Dios. Empiezo con esa reflexión porque revela el cambio que tuvo. Como sabemos, los parientes carnales de Jesús no se identificaron con él, al principio de su ministerio, pero Santiago cambió. ¡Cuánta humildad reconozco en esa actitud! Antes quizá fue un crítico y desleal pariente, pero ahora un siervo consagrado, un leal discípulo.
Después de un espectacular saludo, como si leyera la mente y los cuestionamientos de sus lectores, Santiago va directo al grano y menciona que las pruebas son inevitables.
La iglesia de este siglo también está sufriendo una prueba fuerte, por eso debemos meditar en el consejo de este siervo de Dios. Y el primer consejo que le da Santiago a la Iglesia, es que tengan valor en las pruebas, pero no sólo las aguanten como algo sumamente tormentoso, sino que al mismo tiempo tengan perfecto gozo.
Las pruebas son según Santiago, tiempos para tener gozo, y no para encogerse de hombros en un acto de resignación deprimente. Las pruebas producen paciencia en los cristianos que no dejan de mirar a Jesús.
La palabra PACIENCIA, procede de la palabra griega “Hupomone” que no describe, quizá como nosotros imaginamos una espera pasiva, sufrida, o estática, sino que significa, el sufrir sin rendirse. ¡Que importante que aprendamos el verdadero significado de la paciencia! Quizá por no entender bien su sentido, sean tan pocos los cristianos pacientes.
La paciencia, no es tanto la cualidad que te ayuda a soportar tranquilamente, como diciendo: ¿A qué hora terminas de maltratarme? Sino que es la cualidad que te ayuda a seguir marchando, a pesar de lo doloroso de la prueba, para terminar la carrera, confiando en las promesas de Dios.
Vamos a entender mejor esta palabra HUPOMONE. Hupo significa bajo, y mone significa, estar, soportar, permanecer, por lo tanto significa: permanecer bajo.
Imagina este cuadro: Una persona cargando una carga pesada, pero a pesar que es dura, que pesa y cansa, no rehúye su tarea, no se escapa, no busca salirse a su modo, sino que acepta el trato de Dios y permanece esperando con confianza.
Ten gozo cuando vengan las pruebas, no rehúyas este trato de Dios, no demandes ni te amargues, porque la razón de la prueba es que aprendas a tener la paciencia que viene de Dios.
Las pruebas no producen fe, pero cuando las pruebas se reciben con fe, estas producen paciencia.
La prueba a tu fe debe producir paciencia. Por lo tanto cada examen que esta pandemia nos ha traído revelará que clase de fe tienes.
Pero ojo, Dios no te prueba para tantear tu conducta y valor, Dios ya sabe cómo eres, Santiago declara que Dios quiere que tú mismo reconozcas cómo es tu fe. El que salgas aprobado o desaprobado es para ti mismo, y también para bendición de los que te vemos soportar la prueba con fe.
Las pruebas que se reciben con fe, producen paciencia. Pero si en tu caso no han producido eso sino, quejas, amargura, desaliento y peor, apartarte de Dios, es porque no has leído el texto completo que dice que debe provocarte gozo.
¿Tener gozo en la pandemia? Por eso somos hijos de Dios, porque no actuamos como el mundo actúa, sino como creyentes en Cristo Jesús.
“Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” El resultado de la prueba, viene lentamente, no es inmediata, debes seguir orando y pidiendo nuevas fuerzas cuando te sientas decaer, la paciencia y el gozo vendrán cuanto más te humilles delante de Dios, nada te faltará y serás más sabio, satisfecho e íntegro después de la prueba.
Con amor,
Martha Vilchez de Bardales,
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