“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.” Miqueas 6:8
Al empezar este nuevo año ya estamos listos para hacer muchas cosas que nos ayudarán a mejorar nuestra vida, seguramente que algunos pensarán en terminar sus estudios, o hacer diplomados, maestrías, viajes, compras, mudanzas, nuevas empresas, en fin, proyectos ambiciosos para redimir los años perdidos por la plaga.
Pero Dios es el primero que quiere lo mejor para nosotros, sus planes son mejores y no tienen pérdida porque él nos ha creado para su gloria y honra. El Señor transmite sus propósitos de bien y tenemos que estar atentos a sus Palabras, incluso mucho antes de hacer planes.
¿Le has dado al Señor tu atención total estos primeros cuatro días del año?
La idea de darle a Dios la atención total. ¡No es una sugerencia sino un mandato divino! Por lo tanto debemos prestar toda la atención completa. El mandamiento de Jesús: "El que tiene oídos para oír, oiga" está escrito en casi todos los evangelios, se repite una y otra vez, es como si los los escritores se anticiparan a la frialdad de algunos y por eso nos vuelven a repetir la frase de Jesús, ¡Presta atención! porque si no sabes usar tus sentidos para escuchar a Dios, es muy probable que fracases y que todo lo que emprendas en tus fuerzas acabe mal.
Quizá empiezas desde muy temprano leyendo un texto bíblico para ser un cristiano responsable, pero si fue una lectura sin meditación, esa porción de la preciosa Palabra de Dios leída en la mañana, se olvidará por completo, incluso antes del mediodía. Por eso debemos recordar también la advertencia en Hebreos "Por tanto, como dice el Espíritu Santo, Hoy si oyen su voz, no endurezcan su corazón.” Hebreos 3: 7-8.
Dios nos ha declarado su voluntad para este nuevo año: “Yo te he declarado claramente lo que es bueno y lo que pido de ti.”
Solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios: Actúa con respeto y cordialidad hacia los demás, trátalos como quieres ser tratado.
Ama misericordia: No solamente muestres misericordia, sino ama el mostrarla. Da a los demás la misma medida de misericordia que tú quieres recibir de Dios.
Humillarte ante tu Dios: Recuerda que la humildad va de la mano con la obediencia.
No digo que sea malo hacer planes, proyectarse al futuro, buscar mejorar en todos los campos, pero hacer todo eso con las claras indicaciones de Dios, es decir, planificar con verdadera humildad y teniendo una percepción correcta de ti mismo, no de manera mezquina, ni con egoísmos, porque si eres el centro de todo, si sólo piensas en ti, le has quitado al Señor su lugar.
Cuando descubras quién eres realmente, te humillarás, pues no tienes nada de que jactarte. El humillarte te hará que estés seguro. El ser humilde hará que estés feliz. El ser humilde hará música en tu corazón cuando vayas a la cama. El ser humilde aquí hará que te despiertes en la semejanza de tu Amo.” (Spurgeon)
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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