“A las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada” Tito 2:4-5
Esta enseñanza de Pablo puede parecer machista en nuestros tiempos, es que si lo leemos desde la perspectiva del mundo, donde el feminismo se ha metido incluso en las iglesias, todo lo que tenga que ver con responsabilidades en vez de derechos, suena a abuso contra la mujer.
No vamos a negar que el abuso existe, la decadencia del ser humano llega a los niveles del animal irracional y por eso ocurren dos extremos malos, están las chicas que sufren, pero les parece casi normal dejarse maltratar porque hay amor, pero el otro extremo también es malo porque son el grupo de mujeres que combaten por sus derechos y les parece que son superiores en todo sentido, por eso pueden hacer con su cuerpo lo que quieren.
Hay razones para no estar conformes, pero existe otra forma de cambiar la realidad que nos envuelve. El feminismo se levanta con una justificación iracunda y protesta con voces amargas que también llegan a los oídos de cristianas, y no son voces pasivas porque parecen empujarnos a defendernos, a disputar con los hombres, porque si no lo hacemos nadie va a salvaguardar nuestra dignidad.
Pero estos discursos humanos en vez de ayudarnos están provocando confusión a las jóvenes cristianas porque en estos tiempos de pandemia y egoísmo, la Biblia se deja de leer, a algunas les parece anticuada, parecen que son mejores las declaraciones de sublevación, dominación, liberalismo y poder femenino. En este tiempo se pueden encontrar chicas que no están dispuestas a sujetarse a la Biblia porque pareciera que todo va en contra de su derecho de ser mujer.
“Los incautos mueren por sus propios desvíos; a los necios los destruye su autosuficiencia.”
Las jóvenes feministas se autoproclaman defensoras de nuestra feminidad. Pero si escuchamos realmente lo que creen estos grupos radicales, notarás que para ellas por ejemplo, las creyentes son tontas porque han dejado que la “religión” les quite la razón.
Si alguien te dijo que tú tienes que luchar por tus derechos, o que lo más importante de la vida es tu realización, o que nadie más importa que tu, o que tienes la obligación de pisar a quienes te digan lo contrario. Si como joven sientes que debes controlar tu propia vida y nadie tiene derecho sobre ti, debo pedirte que abras tu mente a lo que dice la Palabra, porque el mejor defensor de tu vida es Dios.
Las hijas de Dios no están solas, aunque las supuestas defensoras de la mujer crean que nos han lavado el cerebro, no estamos solas. Cuando escucho a una feminista me provoca responderles que Eva también se vio tentada a controlar las cosas, a “empoderarse”, a querer ser como Dios, a saber tanto como Él. Una de las tantas características del feminismo es ese anhelo de control, de poder; como ves, esto no es nada nuevo, comenzó en el jardín del Edén.
El proyecto de Dios para las mujeres jóvenes:
Una joven cristiana sabe quién es, su identidad está completa en Cristo. Tiene a Cristo como centro de su vida. 2 Corintios 5:15. “Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.
Desea conocer y seguir las enseñanzas de Dios en todas las áreas de su vida. Ustedes queridas chicas son una generación que se relaciona en redes sociales, por eso es más fácil leer las últimas publicaciones en Facebook, Instagram, etc. que una Biblia.
Sabe escuchar y agradecer el sabio consejo. El hijo sabio acepta que su padre lo castigue; el hijo malcriado no permite que le llamen la atención. Prov. 12:28.
No sigue su corazón pues sabe que es engañoso, por eso sigue a Cristo y guía su vida a través de Su Palabra. El ejemplo de Pedro: Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. Juan 13:7
Confía en el SEÑOR con todo su corazón, y no se apoya en su propio entendimiento. Proverbios 3:5. Pone toda su confianza en Dios y no en lo mucho que sabe.
Se enfoca en amar a Cristo y amar a los demás incluso si esto implica sacrificios de su parte pues anhela que El Señor sea conocido por todos. No es egoísta. Habrá gente egoísta, interesada solamente en ganar más y más dinero. También habrá gente orgullosa, que se creerá más importante que los demás. No respetarán a Dios ni obedecerán a sus padres, sino que serán malagradecidos y ofenderán a todos. Tú no seas así. 2 Timoteo 3:2
Con amor:
Martha Vílchez de Bardales
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