top of page
  • White Facebook Icon
  • White Twitter Icon
  • White Instagram Icon
  • White YouTube Icon
Buscar

Mi alma tiene sed de Dios

Foto del escritor: IB La MolinaIB La Molina

"Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; de cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta. ¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí?

Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío. ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle,

Salvación mía y Dios mío." Salmo 42:1-5,11





Cada día me cuesta más ver las noticias, sólo se ve muertes y dolor. Y aunque los países de América Latina refuerzan las medidas de seguridad y medidas económicas para hacer frente a la pandemia, el virus avanza rápido en todas las regiones dejando a su paso muertes y desolación.


"Hemos sido puestos de rodillas por un virus microscópico. La pandemia mostró la fragilidad de nuestro mundo" dijo el secretario general de las naciones unidas revelando el peligro que todos corremos. Por eso ante esta realidad tan dura el salmo cuarenta y dos nos revela la fuente que puede calmar nuestra ansiedad.


Este capítulo atribuido a los hijos de Coré, es la oración sincera de un santo desalentado. El salmista nos presenta a un bello ciervo muy cansado. Quizá estaba agotado porque acababa de huir de una persecución de odio, quizá recién logró escapar de un cazador hambriento, o quizá simplemente había buscado desesperadamente un pequeño arroyo porque la sequía había secado todas las fuentes de agua. De cualquier forma, el ciervo anhelaba y necesitaba agua. De la misma manera, el alma del Salmista anhelaba y necesitaba a Dios.


Cuando un ciervo está siendo perseguido por perros adiestrados, su angustia le da fuerzas para correr desesperadamente, pero sumemos a ese cuadro el calor abrasador, los cazadores hambrientos de sangre, el corazón del ciervo latiendo a mil por hora, entonces allí totalmente atormentado, cuando está casi sin fuerzas, por fin llega a una fuente de agua, entonces se sumerge en ella como su último refugio, no crean que sólo bebe un poco de agua, el ciervo se queda por largo tiempo, como si el agua pudiera calmar su miedo, como si el agua sanara sus heridas.


Quizá es el mismo sentimiento que muchos estamos viviendo hoy, si te sientes perseguido por esta plaga, si estás triste, agotado, y casi dispuesto a entregar el espíritu, por favor sigue leyendo. La tristeza es una reacción natural ante una situación adversa por la que nos vemos superados. Cuando estamos tristes sentimos las emociones más debilitantes, sentimos que algo nos falta, nos sentimos enfermos y sin esperanza, pero la tristeza definitiva es el sentido de la falta de Dios. Esa es la peor tristeza de todas.


El salmista sentía esa desesperación de necesidad de Dios y por eso se comparó con el ciervo, porque él también estaba a punto de desfallecer y necesitaba tanto de Dios como el ciervo de las aguas.


  • El salmista nos confiesa que todos los días lloraba: “Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche”

  • Nos dice que se sumergía en los recuerdos de tiempos pasados: “Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí”

  • También abre su alma con esta canción para decirnos que el abatimiento y la turbación lo dominaban.¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí?

  • Ya en el borde la apatía total el salmista nos dice cuán profundo es su desconcierto. "Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí."


¿Por qué te abates, oh alma mía? Parece ahora que el salmista después de haber desahogado su alma, recapacita y se pregunta así mismo. Es como si hubiera hecho una pausa, pone sus recuerdos a un lado, y ahora reta a su propia alma a reaccionar. Él no se rindió hacia sus sentimientos de depresión y desaliento espiritual. En lugar de eso él los retó y los trajo delante de Dios. Este capítulo nos dice a todos los que nos sentimos abatidos y los que tenemos sentimientos turbados: ¡Espera en Dios! Él traerá calma a tu ansiedad ¿Acaso no lo hizo antes? Dios todo lo puede hacer.


El desaliento atrapa y domina la razón, aún de los cristianos, muchos están al borde de la depresión espiritual, por eso aunque no podemos negar que las circunstancias son duras, tenemos que lavarnos los ojos con el agua viva, para dejar de ver la oscuridad, tenemos que beber sedientos de Dios, para resucitar y tener aliento, incluso para compartir con otros.


"Pero de día mandará Jehová su misericordia,

Y de noche su cántico estará conmigo,

Y mi oración al Dios de mi vida."


Con amor


Martha Vílchez de Bardales


193 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
Semana Santa

Semana Santa

Comments


IB La Molina

Av. 7, 580 La Molina

Av. La Molina 2810 CC. Rinconada

Email: secretariaiblamolina@gmail.com

Teléfono: (01) 220 9044

Celular: +51 998 392 869

Otros servicios

Ponemos a su disposición nuestra moderna infraestructura para las siguientes actividades:

  1. Alquiler de oficinas temporales y permanentes.

  2. Sala de directorio para reuniones y juntas.

  3. Salones multiusos.

  4. Ambientes para eventos corporativos.

Póngase en contacto con nosotros a fin de proveer más información.

Recibir información mensual

¡Gracias por suscribirte!

bottom of page