"Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores." Marcos 2: 14-17
Jesús durante su ministerio tuvo un acercamiento especial con los que eran marginados por los religiosos, pero también estaba siempre atento a los más humildes por su condición social. Todos los que se sintieron atendidos y comprendidos se acercaban justamente a Jesús porque Él actuaba de una manera completamente diferente a los líderes judíos, quienes en el fondo se sentían superiores a los demás.
En estos versos podemos ser testigos del llamado a Leví o Mateo. Este hombre pertenecía a la tribu de Leví, lo que significa que pertenecía a la tribu de los sacerdotes, pero lo vemos ahora ejerciendo el trabajo de recaudador de impuestos o tributos del pueblo. También se les denominaba “publicano”.
En aquel día los recaudadores de impuestos eran despreciados como traidores y extorsionistas porque ellos trabajaban para el gobierno romano y tenían como soporte a soldados romanos para presionar a la gente. Estos publicanos en general si eran traidores a sus compatriotas porque a la hora de exigir los impuestos no sólo pedían lo justo sino que pedían un poco más para quedarse con esa ganancia.
Este trabajo era muy solicitado porque se premiaba al que recaudaba más dinero, lograr ser un publicano era algo muy deseado a la vez que odiado. En el cobro de impuestos era evidente el fraude constante. Probablemente Leví recibía el impuesto por la exportación de pescado. El que lograba este puesto no lo dejaba por nada del mundo. Jesús al pasar vio a Mateo y lo llamó: Sígueme.
Sígueme, es una palabra descrita como una orden, era un llamado oficial a ser discípulo. Tienen que entender que los rabinos seleccionaban a sus discípulos para comprometerse con la ley mosaica, pero Jesús llamó a estos hombres a comprometerse con Él. Sólo Jesús es el camino de la salvación. Otro detalle que resalto es que el nombre de Leví significaba “compañero” y probablemente Jesús lo cambió por Mateo, que significa un “regalo de YHWH" (3:18; Mateo 9:9)
Creo que Mateo debió sentirse muy feliz con la decisión de seguir a Jesús e hizo un gran banquete, ¿Quiénes fueron invitados? Pues los amigos, que en general eran otros recaudadores de impuestos. En el antiguo oriente la hora de comer era un tiempo especial, era una reunión que expresaba amistad y aceptación. Y allí estaba Jesús con todos aquellos que no eran bienvenidos en la sinagoga ni en ninguna otra celebración religiosa. Aparentemente, en la lista de invitados no había ningún hombre calificado como bueno. Nadie perteneciente a la élite moral de la ciudad estaba presente en aquella casa. Pero Jesús y sus discípulos si estaban sentados a la mesa con ellos.
Los escribas y los fariseos, se consideraban a sí mismos como los “separados” su religión y vida conservadora los hacía un grupo de gente muy respetada, ellos se separaban de cualquier cosa que fuera inmunda y se consideraban amados por Dios y a los demás pecadores. Ellos al ver a Jesús sentado con los traidores les dio pie para más acusaciones. ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores?
Al oír esto, Jesús les dijo: “Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores."
Aquella fue una gran respuesta. Nadie llamaría a un médico si todos se encuentran bien. El médico solo viene para atender al enfermo. El Señor Jesús afirmó que Él no había venido para llamar a los justos, sino a los pecadores. El motivo por el que dijo esto fue que, de hecho, en aquel lugar solo se encontraban pecadores. En aquel día, solamente había allí una clase de personas. De ninguna manera había allí algún justo. Pero los fariseos pensaban que ellos sí eran justos.
Y pensar que muchas veces nos hemos apartado de las personas necesitadas de Dios por ser “mundanos” o “no cristianos”. Recuerdo que siendo una jovencita cristiana me cohibía de ir a una boda que no fuera cristiana, a un cumpleaños que no fuera de la gente de la iglesia, etc. Parece que con el tiempo los fariseos volvieron a las iglesias y nos enseñaron a ser religiosos y “separarnos” de los demás en vez de mostrarles el amor de Jesús.
Cuando tengamos más libertad no seremos iguales, que no haya religiosos sino cristianos que brindamos la oportunidad de ser salvos, sanos e hijos de Dios.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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