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Foto del escritorIB La Molina

Mas yo hago sanidad para ti

“Porque así ha dicho Jehová: Incurable es tu quebrantamiento, y dolorosa tu llaga. No hay quien juzgue tu causa para sanarte; no hay para ti medicamentos eficaces. Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda. Y saldrá de ellos acción de gracias, y voz de nación que está en regocijo, y los multiplicaré, y no serán disminuidos; los multiplicaré, y no serán menoscabados. Y serán sus hijos como antes, y su congregación delante de mí será confirmada.” Jeremías 30:12-13,17,19.


Desde el capítulo 29 al 33 Jeremías escribe el libro que Dios le pide, con especial énfasis en la restauración de un pueblo que sufre. Por eso la forma en que el profeta habla y escribe es con un tono de esperanza y optimismo, justo lo que necesitamos para animarnos cuando estamos en diversas pruebas.

Como hemos observado desde el inicio del libro de Jeremías, él se la pasó luchando con impostores que daban esperanzas mentirosas a la nación, por eso ellos, en vez de arrepentirse, endurecían su corazón. Entre esas falsas expectativas estaba la promesa de que en poco tiempo se acabaría el exilio, pero Jeremías sabía bien que serían setenta años como dijo el Señor, así que su deber era demostrar a la gente que tenían que tomar en serio el justo juicio de Dios en vez de hacerse ilusiones con las falsas promesas de quienes sólo mentían para ganar algo para ellos.

“Esto dice el Señor: ¿Ves? Tu lesión es incurable, una herida terrible. Y no hay nadie que te ayude ni que vende tu herida. Ningún medicamento puede curarte. Todos tus aliados, te han abandonado y ya no se interesan por ti. Pues tus pecados son muchos y tu culpa es grande. ¿Por qué te quejas de tu castigo, de esta herida que no tiene cura? He tenido que castigarte porque tus pecados son muchos y tu culpa es grande.”

Estas palabras son fuertes, sin embargo están llenas del Amor de Dios, tenemos que entender el objetivo para sacar lecciones para nuestra propia vida, tenemos que entender por ejemplo que el pueblo se engañaba con demasiada facilidad, primeramente se dejaba mentir y creían que pronto regresarían a su país, entonces se declaraban prosperidad y bendición para sí mismos pero no querían arrepentirse de nada, menos obedecer. Y en segundo lugar buscaban ayuda de todos menos de Dios, por eso el profeta les pregunta: ¿Ves? no hay nadie que te ayude.


Podemos deducir una verdad general de estas actitudes: que las personas siguen a quienes le dicen lo que quieren oír, pero así nunca comprenderán el favor de Dios, hasta que pasen por severas reprensiones. Es muy fácil tratar de evitar el juicio de Dios, pero eso nos vuelve ciegos a nuestros propios pecados. La práctica del arrepentimiento debe ser un deber en el cristiano.


Cuando hay arrepentimiento sincero entonces el Señor viene y sana las heridas del corazón. Eso es el deseo de Dios en todos los tiempos, reconciliarse con sus hijos, sanar sus heridas, ser el Médico perfecto que nos libra de toda enfermedad: “Te devolveré la salud y sanaré tus heridas, dice el Señor"


Podemos estar abrumados por la desesperación; con miedo ante la inestabilidad y la pobreza, heridos con la enfermedad y el dolor pero Dios nos invita a levantar nuestras cabezas para esperar la ayuda del cielo, él promete que es nuestro Redentor.

La nación elegida tuvo que entender esto porque ellos buscaban ayuda de todos lados, y hoy muchos hacemos lo mismo, miramos a nuestro alrededor aquí y allá, pero quien únicamente será especialmente propicio para nosotros, sobre todo cuando estamos desesperados es Dios.


Dios nunca abandona a quienes lo aman. Esto dice el Señor: “Cuando del cautiverio traiga a Israel de regreso a casa y cuando restablezca su bienestar, Jerusalén será reedificada sobre sus ruinas y el palacio reconstruido como antes. Habrá alegría y canciones de acción de gracias, y multiplicaré a mi pueblo, no lo reduciré; lo honraré, no lo despreciaré. Sus hijos prosperarán como en el pasado. Los estableceré como una nación delante de mí”


Traer, regresar, restablecer, reedificar, reconstruir, gozar y prosperar son verbos llenos de bendición, pero vendrán a tu vida cuando hayas hecho lo primero, reconocer si te has alejado de Dios volver a Él sinceramente y con arrepentimiento, declarar tu amor al Señor es el inicio de tu restauración. Que estas promesas suenen fuerte en tu mente y hagan eco en tu corazón, Dios no te ha desamparado, esta prueba es para que te acerques más a tu Padre y Buen Pastor. Gracias por seguir orando por mi hijita Deby.


Con amor


Martha Vílchez de Bardales


PD. Este ministerio de devocionales diarios se sostiene con el apoyo de hermanos que ofrendan con amor, si deseas apoyar puedes hacerlo voluntariamente en la siguiente cuenta.


Betsabé Martha Vílchez Malpica DNI: 07944322.


BBVA S/. 0011-0145-0200449680


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