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Foto del escritorIB La Molina

La tristeza de Dios

Cuando Dios vio tanta maldad en ellos, se puso muy triste de haberlos hecho, y lamentó haberlos puesto en la tierra”. Génesis 6:6.

La Biblia define la tristeza de Dios como “dolor en su corazón” y señala que siempre es provocada por lo que la humanidad hace o deja de hacer.

Lo que estoy diciendo es que debemos tomar en serio la tristeza de Dios, debemos entenderla como la consecuencia de nuestros actos, palabras, gestos y olvidos. Por eso el apóstol dice “No contristéis al Espíritu Santo de Dios” poniéndonos como responsables, como los que entristecen a Dios.

¿Yo provoco que Dios se entristezca?


La pregunta tiene dos respuestas: Nosotros provocamos la tristeza de Dios, entendiendo el “nosotros” como sobrenombre de la iglesia; pero a la vez, yo provoco la tristeza de Dios, entendiendo que la pequeña falta que pudiera cometer es tomada en cuenta por el Señor.

Yo soy el motivo de la tristeza de Dios o Él se entristece por siete razones:


· Porque sé hacer lo bueno y no lo hago.

· Porque tengo más amores que los que debo tener.

· Porque no tomó en serio sus cosas.

· Porque considero que para vivir bien basta con mi criterio personal.

· Porque no me canso de repetir ciclos viciosos.

· Porque me quedo estacionado en una parte de la vida cristiana.

· Porque en vez de crecer y alcanzar la madurez espiritual, estoy concentrado en alcanzar el éxito terrenal.


Tenemos que entender esto: Dios se entristece porque ve que en vez de avanzar en fe, prefieres esperar señales y terminas adormecido en tus sentidos espirituales. Dios se entristece porque teniendo capacidad para comenzar y terminar la tarea, eliges vivir el momento sin perseverar; se entristece porque ve cómo te trastornas y afliges cuando podrías recibir su consuelo y fortaleza; se entristece porque ve que tomas decisiones sin consultarle, porque ve que en tu corazón crece el orgullo en vez de la humildad.

En otras palabras, Dios se entristece porque ve que te haces daño a ti mismo. Se entristece porque nos alejamos, nos quedamos inmóviles, porque no incrementamos nuestra comunión con Él. En resumen, Dios se entristece porque nos ve.


"Vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos de su corazón sólo era de continuo el mal; y se arrepintió Jehová de haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Por eso dijo Jehová: Borraré de la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo, pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová."

“Todo designio de los pensamientos de su corazón solo era de continuo el mal:” ¡Cómo no iba a estar triste el Señor! Aquí está a verdad, no hay parte en nuestra naturaleza que no haya sido corrompida por el pecado. Por eso, Jesús mucho tiempo después también declaró: “como en los días de Noé, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37). En otras palabras, las condiciones del mundo antes de la venida de Jesús serán como las condiciones del mundo antes del diluvio.

¿Y cómo son estos días? Hoy también hay perversión sexual (génesis 6:2) la maldad está en el corazón de todos los seres humanos (Génesis 6:5), La corrupción y la violencia es la peor pandemia que nos azota (Génesis 6:11) la actividad demoniaca está imparable (Génesis 6:2)

Por eso el Señor se arrepintió de haber hecho hombre, le dolió en su corazón: El dolor de Dios por el hombre y el dolor en su corazón, son sorprendentes. Dios no puede ser insensible ante el pecado humano y su rebelión.

Pero Noé halló gracia ante los ojos del Señor: Dios encontró a un hombre con quien empezar de nuevo. Y hoy quiere el Señor empezar contigo. Que Dios nos ayude a encontrar nuestra misión de vida en Él y solamente en Él.

Con amor

Martha Vílchez de Bardales




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