“Por eso, desde que supe que ustedes tienen fe en el Señor Jesús y que aman a todo el pueblo de Dios, siempre los recuerdo en mis oraciones y ruego a Dios por ustedes. Ruego que Dios, el Padre glorioso de nuestro Señor Jesucristo, les dé el Espíritu, fuente de sabiduría, quien les revelará la verdad de Dios para que la entiendan y lleguen a conocerlo mejor. Pido que Dios les abra la mente para que vean y sepan lo que él tiene preparado para la gente que ha llamado. Entonces podrán participar de las ricas y abundantes bendiciones que él ha prometido a su pueblo santo.” Efesios 1:15-18
Dar gracias a Dios debe ser una práctica constante en todos los creyentes que aman a Dios. Como tengo una hija que vive en el extranjero, cada vez que le sucede algo, sea bueno o malo, mi corazón se asusta por la prueba, pero al escucharla, todo mi ser se reconforta cuando ella escribe: “Pero, gracias a Dios…” Esta expresión me hace respirar profundo y exhalar con esperanza, ella fue enseñada a reconocer que todo lo que Dios permite es para nuestro bien.
Cuando Pablo oyó de la fe y amor de los efesios, su corazón se llenó de alegría al saber que ellos habían crecido en su fe en el Señor, pero también se alegró cuando supo del amor de ellos por todos los santos. La verdadera evidencia de la obra de Dios en nosotros no es el amor que decimos tener por él, sino nuestro amor por su pueblo, amor que sea evidente a los ojos del mundo.
“Ruego que Dios, el Padre glorioso de nuestro Señor Jesucristo, les dé el Espíritu, fuente de sabiduría, quien les revelará la verdad de Dios para que la entiendan y lleguen a conocerlo mejor. Pido que Dios les abra la mente para que vean y sepan lo que él tiene preparado para la gente que ha llamado.”
¡Qué hermosa la oración de Pablo! Él oraba para que los efesios tuvieran una plena comprensión de la verdad espiritual, por la iluminación del Espíritu.
Nuestra vida cristiana debe centrarse en este propósito, conocer a Dios como Él es en verdad, como lo revela Su Palabra, y corregir nuestras ideas falsas y tradicionales de quién es Dios. Mucho de lo que hoy se ofrece en el mundo es una opción de religión que trae beneficios y prosperidad, pero poco se hace para que los cristianos nuevos conozcan a Dios como Él realmente es.
“Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos.”
¿Cómo podemos comprender las verdades sobrenaturales? Sólo el Espíritu Santo lo hace posible cuando abre nuestros ojos y corazones de la misma forma sobrenatural. Mientras el mundo y las religiones tapan el entendimiento para que sólo veamos lo natural. Dios quiere que oremos para que los hijos de Dios abran sus corazones y ojos espirituales para ver las cosas como Dios las ve, sin orgullo, vanidad o egoísmo sino con amor.
Como madre biológica oro mucho por mis tres hijas, le ruego al Señor que no les falte sabiduría para enfrentar el mundo, que jamás olviden las enseñanzas que recibieron en su niñez, le pido también que la provisión física, el trabajo y sus relaciones sociales estén bendecidas por el Padre Celestial.
Pero no sólo soy madre biológica, también soy madre espiritual, por eso trato de orar como Pablo y le pido al Señor Jesucristo, es decir, al Padre maravilloso, que les dé su Espíritu, para que sean sabios y puedan entender cómo es Dios. También le pido a Dios que les haga comprender con claridad el gran valor de la esperanza a la que han sido llamados, y de la salvación que él ha dado a los que son suyos. Pido también que entiendan bien el gran poder con que Dios nos ayuda en todo. El poder de Dios no tiene límites; con ese mismo poder Dios resucitó a Cristo y le dio un lugar en el cielo.
Aprendamos a orar como Pablo y nuestros amados serán verdaderos hijos de Dios.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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