“Tus manos me hicieron y me formaron; hazme entender, y aprenderé tus mandamientos. Los que te temen me verán, y se alegrarán, porque en tu palabra he esperado. Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, y que conforme a tu fidelidad me afligiste. Sea ahora tu misericordia para consolarme, conforme a lo que has dicho a tu siervo. Vengan a mí tus misericordias, para que viva, porque tu ley es mi delicia. Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado; Pero yo meditaré en tus mandamientos. Vuélvanse a mí los que te temen y conocen tus testimonios. Sea mi corazón íntegro en tus estatutos, para que no sea yo avergonzado.” Salmo 119:73-80
El año se está terminando y quiero dar testimonio que Dios ha hecho posible que todo lo que me ha sucedido me ha ayudado a bien, porque a los que aman a Dios, todo les ayuda para bien.
Desgraciadamente en estos tiempos modernos, el mundo cada vez está más convencido que todo su futuro depende de uno mismo y por eso, quizá haya al final de este año muchos ingratos con el Dios Creador, y quien sustenta todas las cosas.
El salmista en esta porción nos hace ver que él sí entendía lo que muchos hoy olvidan o niegan. Dios es nuestro Creador, así que estamos obligados con Él quien nos da vida y nos provee lo que necesitamos. Quizá no sea tu caso (el de ser un ingrato con Dios), pero es bueno analizar el corazón y la mente para reconocer que nuestro Diseñador sabe bien lo que es mejor para nosotros, así que, si alcanzaste lo que deseabas el 2022, fue Dios quien te lo dio, y si no lograste lo que soñabas, Dios tiene mejores cosas para ti en el 2023.
Cuando veo con ojos de mamá a mis tres hijas, y sobre todo a la mayor que pronto me hará abuela, glorifico a mi Padre Celestial porque veo el delicado arte que demostró al elaborar cada detalle hermoso de ellas. Veo a Betsabé, mi primogénita y su vientre mes a mes crecer porque en ella habita una vida, y alabo a Dios porque la maravillosa habilidad del Creador sigue actuando delante de mis ojos.
Pero el salmista aunque era consciente que era una criatura digna del Creador, también reconocía sus limitaciones y por eso clamó: ¡Hazme entender y aprenderé tus mandamientos! El salmista oró para poder entender. Creo que no deseaba malinterpretar la Palabra y por eso era consciente que necesitaba la guía espiritual para saber cuáles eran sus obligaciones para con el Hacedor.
Todo el año 2022 le he preguntado a Dios, dónde ir, qué responder, cómo hablar, qué escribir, cómo reaccionar, qué pensar. Tengo plena conciencia que soy alumna de Dios, nunca seré una buena maestra si me considero apta y autosuficiente, es que todo discípulo debe tener esa relación humilde en la que el alumno admite su necesidad de aprender: aprender la palabra de Dios (mandamientos), y recibir Su palabra como mandamientos de un Creador sabio, amoroso y justo.
Esta frase del salmo me gusta mucho: “Los que te temen me verán, y se alegrarán”. El salmista consideraba que su vida justa sería un estímulo para otros que también teman a Dios. Esto es lo que pasa cuando un cristiano fiel obtiene gracia para sí mismo, se convierte de inmediato, en una bendición para los demás. Pero hay creyentes cuya presencia provocan confusión, fastidio y hasta tristeza, entonces los cristianos menores prefieren escabullirse silenciosamente de su compañía.
¿Crees que este año que termina has provocado que otros cristianos se sientan alegres cuando te ven? Cuando queremos desahogarnos con nuestras frustraciones o desalientos podemos provocar que los menores pierdan esperanza, por eso debemos aferrarnos a las promesas de Dios ellas nos dan ánimo y alegría contagiosa para compartir la seguridad que Dios tiene todo bajo control.
Job pudo decir en su aflicción: sea el nombre de Jehová bendito (Job 1:21).
Elí pudo decir en su aflicción: Jehová es; haga lo que bien le pareciere (1 Samuel 3:18).
David pudo decir en su aflicción: Dejadle que maldiga, pues Jehová se lo ha dicho (2 Samuel 16:11).
La madre sunamita pudo decir en su aflicción: Bien (2 Reyes 4:26).
La lista es larga de todos los personajes bíblicos que fueron consolados por Dios, estas historias son suficientes para afirmarse en la Palabra, y declarar que el año que está terminando has visto la misericordia de Dios.
Con todo el amor que Dios ha puesto en mi corazón te deseo un feliz año nuevo 2023.
Martha Vílchez de Bardales
Comments