"Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿Qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre. Él entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡Cuán difícil es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas! Marcos 10:17-24
Nos quedan muy pocos días para empezar un nuevo año. Muchos no sabemos qué sucederá con temas tan importantes como, ¿Tendremos mejoras en el gobierno? ¿Tendremos vacunas? ¿Habrá más restricciones sociales? Pero estas preguntas que flotan en el ambiente, son las más generales, si me detuviera a conversar con una jovencita seguramente me preguntaría: ¿Qué haré con mi vida el 2021? Un joven quizá pensaría:¿Conoceré a la mujer de mis sueños? quizá una señora cuestionaría: ¿Estaré segura y con salud? y un padre de familia: ¿Tendré trabajo? ¿Podré pagar mis deudas?
Todo el mundo tiene preguntas. Todos tienen dudas. ¿Por qué? Porque la inseguridad habita en el centro del corazón mismo del ser humano. Un día se acercó a Jesús un hombre excelente y respetado de la comunidad. Estaba interesado específicamente en la cuestión de su destino. Creo que él planeó con cuidado el día y la hora que iría al encuentro con Jesús, por eso cuando lo vio, corrió hacia él como si fuera su única oportunidad.
Entonces preguntó la cuestión que no lo dejaba dormir, la interrogante que latía en su mente y no lo dejaba en paz: ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna? Este joven debió ser enseñado de pequeño a ser un hombre íntegro, pero su enseñanza estaba basada en el esfuerzo humano para ganarse un trofeo, por eso el enfoque de su pregunta estaba en lo que le faltaba hacer. ¡Y pensar que muchos padres creen que sus hijos tendrán éxito si les inculcan esforzarse en competir para ganar!
Él pensaba que la vida eterna era un asunto de ganar o merecer, no de una relación sincera y auténtica con Dios. Mientras él se inclinaba en rodillas delante de Jesús, la mera cercanía de esa relación le acercó más a la salvación que cualquier cosa que haya podido hacer. Pero este joven no quería que Jesús fuera su salvador; él quería que Jesús le mostrara el camino para ser su propio salvador.
Este muchacho no sabía en realidad quién era él mismo. Pensaba que era justo, que era recto, decente y honrado. La verdad es que tú puedes saber quién eres realmente sólo cuando tienes una relación personal con Jesús. Conocer a Jesús es lo primero para que sepas quién eres.
La respuesta de Jesús nos puede orientar para saber qué camino tomar este 2021.
Jesús también le dio a este hombre una idea sobre qué o quién realmente importa más en la vida. Y lo que decidas ahora determinará a dónde vas después. “Los mandamientos sabes” le dijo Jesús porque lo conocía. Al ser un judío, este hombre sabía los mandamientos. Jesús tuvo cuidado en citarle aquellos mandamiento de los cuales comúnmente se conocen como la segunda tabla de la ley, son los mandamientos sobre cómo tratamos a los demás.
“Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud”
Esta respuesta me hace acordar al apóstol Pablo cuando dijo en Filipenses 3:6 que él pensó que había guardado todos los mandamientos mientras fue un judío religioso. Ellos dos se consideraron “irreprensibles”
Pero en el Sermón del Monte Jesús nos dio el verdadero significado de la ley, los mandamientos no son simples leyes humanas, las palabras de Dios deben tocar el corazón y no sólo hacer acciones sin amor. Puedes tener un corazón lleno de adulterio, aún cuando nunca lo lleves a cabo; un corazón lleno de homicidio, aún cuando nunca lo hagas; un corazón lleno de envidia aún cuando nunca robes. Dios mira el corazón, así como a las acciones.
Este joven rico necesitaba un salvador y no más reglas que seguir. Sin embargo el Señor lo miró y lo amó. Porque el Amado Jesús ama al pecador y tiene compasión por nosotros.
Este muchacho había subido hasta lo alto de la escalera del éxito, pero sólo siguiendo reglas, sin nada de amor.
Jesús quiso salvarlo y le dijo: “Una cosa te falta”
Ya no le dio más reglas, ya no le dio más órdenes frías, en lugar de eso lo retó a hacer sacrificios. Le dio a elegir amar a Dios antes que sus posesiones. Desgraciadamente el joven decidió por lo material. En realidad así había sido enseñado.
Quizá los discípulos antes de este hecho pensaban que lo material era señal de bendición, pero ahora escucharon a Jesús pedir a un millonario dejar todo lo acumulado para cargar la cruz y seguir a Jesús.
Tengo que terminar...Empezaremos un nuevo año y Dios tiene las respuestas para que tu vida tenga propósito y valor.
“Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.”
Feliz Año 2021 llevando la cruz de Jesús.
Martha Vílchez de Bardales
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