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Foto del escritorIB La Molina

La canción de Débora I

"Aquel día Débora y Barac hijo de Abinoán entonaron este canto: Cuando los príncipes de Israel toman el mando, cuando el pueblo se ofrece voluntariamente, ¡bendito sea el Señor! ¡Oigan, reyes! ¡Escuchen, gobernantes! Yo cantaré, cantaré al Señor; tocaré música al Señor, el Dios de Israel. Oh Señor, cuando saliste de Seír, cuando marchaste desde los campos de Edom, tembló la tierra, se estremecieron los cielos, las nubes derramaron agua. Temblaron las montañas al ver al Señor, el Dios del Sinaí; al ver al Señor, el Dios de Israel." Jueces 5:1-5




El pueblo del Señor a menudo les gustaba expresar sus emociones en canciones, por eso en ocasiones especiales todos cantaban guiados por alguien que los guiaba con júbilo.

El canto de Débora y Barac fue un cántico de victoria. Pero los estudiosos de la Biblia dicen que fue sobre todo, el cántico de Débora y que Barac se unió a la celebración.


Es maravilloso ver que Dios actúa siempre en favor de quienes claman con fe, Dios despertó y levantó a una mujer, que a su vez, motivó a un hombre a obedecer a Dios. Y este pequeño hombre que primero flaqueó, pudo vencer a 900 carros de hierro.


Sí, la fe de Barak flaqueó (dijo que no iría a menos que Débora fuera con él, aunque tenía la promesa de que Dios iría con él). Pero, un momentito, no juzguemos, porque todos somos como "Barac" a veces. Es que tenemos las promesas seguras, pero a veces sólo las cumplimos tímidamente o sin entusiasmo. ¿Por qué? Porque hemos oído hablar de los "900 carros de hierro" de “Sísara" en nuestra vida.


Necesitamos recordar que cuando Dios promete, Él no puede mentir y por eso podemos entrar en batallas contra adversidades humanamente imposibles de vencer. El mundo se puede reír de que parecemos tontos por enfrentar una batalla dura contra poderosos enemigos con carros de hierro, se puede burlar porque afirmamos confianza en medio de la inseguridad, tú mismo puedes ver que careces de armas suficientes. Pero debemos decir, como Débora declaró: "Hoy ha entregado a tu enemigo en tus manos". Bendito sea el nombre del SEÑOR nuestro Dios.


¿Es Jehová tu Dios? El nombre de nuestro Dios es JEHOVÁ, y esto nunca debe ser olvidado; el que existe por sí mismo, independiente, inmutable, siempre presente, todo amor y lleno de misericordia es el gran Yo Soy.

Es cierto que la medicina ha flaqueado contra este poderoso virus, es cierto que la ciencia se ha visto vulnerada al no saber cómo responder rápido y dar una salida, es notorio que los gobiernos del mundo se han visto confrontados ante un virus y sus armas nucleares no han podido hacer nada contra él.

Pero Dios tiene poder sobre todo y aunque el mundo esté en confusión, nosotros tenemos a Jehová que está sobre todo esto. Adoremos ese nombre incomparable, y nunca lo deshonremos con desconfianza.

En la primera estrofa de este canto hay una palabra que toca mi alma: “Cuando los príncipes de Israel toman el mando, cuando el pueblo se ofrece voluntariamente, ¡bendito sea el Señor!


Hay una gran bendición cuando hay siervos que actúan con buena voluntad. Cuando hay líderes, maestros, pastores, misioneros, y siervos que se ofrecen “voluntariamente” no hay nadie que los tenga que obligar, nadie que los tenga que empujar a actuar. En el ofrecimiento voluntario hay una actitud de amor y servicio. Y creo que Barac inspiró en los príncipes de Israel esta voluntad cuando vieron que confiaba en Dios.


Dios se encargó del tiempo, la lluvia, la naturaleza completa cuando vio que su pueblo marchaba confiado en Él. ¿Te ofreces voluntariamente a servir a Dios? ¿O todo es una carga para ti? Dios quiere hacer milagros en tu vida, pero debes darle tu servicio con amor. ¿Estas siendo usado por Dios en esta pandemia? Dios está llamando voluntarios para ganar esta batalla contra el miedo, la enfermedad y la muerte.


Dios nos siga usando para su Gloria


Martha Vílchez de Bardales



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