"Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; y con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable. El hombre sabio es fuerte, y de pujante vigor el hombre docto. Porque con ingenio harás la guerra, y en la multitud de consejeros está la victoria." Proverbios 24:3-6.
Una casa se edifica con sabiduría y se fortalece por medio del buen juicio. Mediante el conocimiento se llenan sus cuartos de toda clase de riquezas y objetos valiosos. Los sabios son más poderosos que los fuertes, y los que tienen conocimiento se hacen cada vez más fuertes.
Cuando se edifica una casa se piensa que los materiales sean de calidad, invulnerables al desgaste, bellos pisos pulidos en cemento, concreto fuerte para los muros, madera resistente y techos de la mejor propiedad. Igualmente planificamos de la mano con la ingeniera y la arquitectura apropiada para que cada habitación esté finamente preparada para el huésped de la familia. Siempre el resultado de unir estos detalles dan un resultado majestuoso.
Pero así como le dedicamos tanto tiempo, dinero y afán a esta edificación, debemos evaluar en qué clase de fundamentos espirituales estamos cimentando el hogar al que perteneces. Los valores morales y espirituales deben fundarse a través de la sabiduría y establecerse a través de la comprensión.
Cuando era pequeña, mis padres compraron un terreno grande en un distrito residencial de Lima, nosotros vivíamos en un departamento relativamente pequeño en Jesús María, pero ahora viviríamos en una amplia casa. Recuerdo que mi mamá miraba revistas porque quería edificar la casa de sus sueños, pero cuando esto le parecía robar la paz decía: “Si Jehová no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican”.
Pueden haber casas con todas las comodidades, los lujos más extravagantes, habitaciones por doquier, pero si no está construida sobre la sabiduría es solo como un palacio de nieve construido en el invierno, éste se derretirá bajo el poder del sol del verano.
A veces el jefe de casa, quien edifica el edificio, quiere darle todo lo mejor a sus habitantes, piensa que si no le da a la niña una habitación llena de cosas, ésta sufrirá de baja autoestima, o quiere darle a la esposa, la cocina más elegante para que se sienta más amada, pero estas cosas materiales no son suficientes para traer armonía en el hogar.
La bendición de construir un hogar con la sabiduría de Dios, la comprensión de Dios y el conocimiento de Dios traerá riquezas preciosas y placenteras en el sentido espiritual y, también en el sentido material.
La bendición de Dios está en el hogar que busca y honra su sabiduría.
Las preciosas joyas que llenan la casa son una familia armoniosa y amorosa porque tienen temor a Dios, esto hará que todos ellos tengan una sensación de seguridad, paz y fidelidad a Dios. Salomón entendió la potencia de la sabiduría, y como un hombre con discernimiento espiritual aumentó su fuerza pidiendo a Dios que antes que cosas materiales le de sabiduría. Más cuando rechazas la sabiduría y te vales sólo en tu conocimiento te haces débil y vulnerable.
Pero a fuerza de la sabiduría no es solitaria; entiende y confía en la sabiduría de los demás que tienen temor a Dios. Sabe cómo usar el sabio consejo de ellos y la seguridad de una multitud de consejeros.
Te invito a buscar en el Señor la fuente de la sabiduría para edificar un hogar protegido y santo que glorifique a Dios.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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