“Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo: Misericordia y paz y amor os sean multiplicados. Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.” Judas 1: 1-3
El autor de esta carta fue Judas, este nombre nos trae malos recuerdos, pero en el Nuevo Testamento se mencionan hasta tres personas llamadas “Judas”.
El escritor de éste carta fue el hermano de Santiago y hermano de Jesús. Había otros dos hombres llamados Judas: ambos pertenecían al grupo de los 12 apóstoles del Señor. El más conocido, fue el infame Judas Iscariote, que terminó traicionando al Señor. El otro apóstol llamado Judas, que fue distinguido de esta manera, como podemos ver en el Juan 14:22 donde dice: "Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?" La forma de reconocer a Jesús indica que éste no era Judas Iscariote. En consecuencia creemos que el escritor de esta epístola es el tercer Judas mencionado en la Biblia, es decir Judas, el hermano del Señor Jesucristo.
Un detalle que llama la atención es que ni Santiago ni Judas, aprovecharon su relación familiar con Jesucristo.
A pesar que se criaron con Él, lo vieron crecer en Nazaret, no le conocieron realmente. La verdad es que ninguno de ellos creyó en el Señor, sino hasta después de su resurrección. Estas razones hacen que Judas tenga una actitud humilde y se presente como siervo (esclavo) de Jesucristo.
Para mi Judas es un escritor muy especial porque dirigió ésta carta a cristianos, y se ocupó de las cosas que los creyentes necesitan escuchar, pero que a menudo no quieren oír.
Judas después de un saludo humilde empieza a calificar a los creyentes con tres términos especiales, los denomina: “llamados”; “santificados por Dios el Padre” y “guardados en Jesucristo.”
¡Que hermosa forma de considerar a los hijos de Dios! Somos convocados por el Señor, apartados del mundo y amados por el Padre para ser santos, y guardados en santa protección de los ataques del maligno. Cristo es nuestro Escudo, nuestro Amparo y Protector.
El siervo Judas, después de llamar a los cristianos con estos nombres, logra captar toda la atención de sus lectores y oyentes, entonces sigue diciendo: “Misericordia, Paz y Amor os sean multiplicados”
Cuando Pablo escribía sus epístolas, la primera salutación tenía esta fórmula: deseos de gracia y paz. Pero para Judas, no era suficiente, y añadió: Misericordia, Paz y Amor, Esto me habla del corazón de este hombre, no era suficiente tener paz y amor, sino que era mejor completar con misericordia y todo esto ¡multiplicado!
Así es como empieza Judas a escribir, él tenía claro lo que quería decirle a esos cristianos, pero algo sucedió, algo que, lo obligó a escribir de forma diferente a como lo había planeado, esta carta en realidad es un sermón.
Judas nos llama de una manera especial pero después nos dice claramente que debemos combatir ardientemente por la fe que nos ha sido dada a los santos.
El evangelio de Jesucristo es el mismo hoy y siempre, su salvación es eternamente segura para aquellos que creen, por eso vale la pena luchar por la verdad del evangelio, y por eso también debemos presentar la salvación a todos, sin importar el medio que usemos, es el reto que tenemos hoy como hijos de Dios.
¿Estas compartiendo la fe y salvación en Cristo Jesús? Eres un llamado a las filas del ejército de Dios, eres un santificado para dar testimonio de integridad y amor, y eres un protegido por el Dios y Padre.¨Por favor haz tu tarea sin miedo, este es el tiempo que todos seamos obreros y siervos de Dios.
Si Dios me lo permite, procuraré meditar en estos versos y compartir contigo la enseñanza que Dios ponga en mi corazón.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
Comments