“Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, También a mí se me alegrará el corazón” Proverbios 23:15
Ser madre es una bendición muy grande, ser madre como Dios quiere que lo seamos es también una gran responsabilidad, se necesita de mucha sabiduría, pero si tratamos de ser inteligentes, capaces, fuertes y valientes en nuestras propias fuerzas fallaremos, porque es imposible buscar el conocimiento sin haberse sometido primero a Dios.
Nuestra meta como madres no es tener hijos que sólo obedecen por obligación o por mera conformidad, esto no es el propósito de Dios, nosotras anhelamos hijos con corazones que amen y obedecen al Señor porque lo conocen y tienen comunión con Él. Sabemos que el corazón sin relación divina es lo primero que se aleja de Dios. Por eso, como madres, debemos procurar tener primeramente nosotras, un corazón apasionado por el Señor para que nuestros hijos amen sinceramente al Padre.
Recuerda el texto que dice: "Que nunca te abandonen el amor y la verdad. No dejes que te abandonen; átalos a tu cuello".
El consejo de atar las enseñanzas por el cuello fue adoptado por los judíos en la letra pero descuidado en espíritu. Tomar las cosas de forma literal desgraciadamente degeneró en superstición; y por eso ellos se llenaron de filacterias (amuletos o talismanes) que usaban sobre todo los fariseos. Atar las enseñanzas significa llevarlas presentes primero en el corazón.
Ahora bien, tenemos que reconocer que es difícil influenciar en un hijo amado las enseñanzas de Dios, cuando en este mundo la mesa está servida con toda clase de diversos deseos y placeres, el corazón del joven inmaduro siempre está abierto para todos los que vienen con estas ofertas, pero querida madre tu prioridad es guiarlo a la mesa que ofrece Dios.
Cuando como madres escuchamos que los labios de nuestros hijos hablan cosas rectas, podremos alegrarnos que las lecciones de sabiduría se han aprendido por nuestro trabajo responsable, pero si todo lo contrario, sólo escuchamos improperios y palabras llenas de ira y orgullo, tenemos que inclinar las rodillas y clamar a Dios para que limpie el corazón de los hijos que se han alejado de Dios.
Dios puede hacer que el árbol torcido sea enderezado, las oraciones al Padre tienen valor cuando son pronunciadas por madres que no se resignan sino que creen de todo corazón que Dios puede hacer milagros: “Lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.” Isaías 40:4-5. No hay nada que Dios no pueda hacer por ti y tus hijos.
Quiero extenderles una invitación especial queridas amigas, el movimiento internacional de madres de oración: “Despierta Débora”, Madres de rodillas, hijos de pie las invita a participar de nuestro Encuentro de mujeres: “Conectadas en oración”.
Dios decidió utilizar a una mujer para salvar a toda una generación, ella fue una mujer como cualquiera de nosotras, una ciudadana que asumió este papel valeroso y trajo bendición a toda una nación, hemos adoptado el nombre de “Débora”, tomando el ejemplo de esta mujer profetiza porque ella se levantó en un momento especial, los hijos de su pueblo estaban siendo esclavizados, totalmente desamparados y sin esperanza, entonces ella fue el instrumento de Dios para liberar y recuperar a toda su nación.
En este encuentro tendremos seis talleres bíblicos dictados por las coordinadoras de diferentes países hermanos donde nuestro ministerio se desarrolla con el favor de Dios. Esto será el sábado 22 de Julio desde las 2:30 p.m. en el templo de la IB La Molina, Calle Siete 580 Centro Comercial Rinconada. Puedes inscribirte en el siguiente formulario: https://forms.gle/BGFyj1SgbXLHGJS17
La Palabra de Dios y la historia de la iglesia nos desafían con el ejemplo de oraciones respondidas a convocar a todas las madres cristianas, para unidas, ser una fuerza intercesora que librará a sus hijos del mal.
Las esperamos con mucho amor:
Martha Vílchez de Bardales, Coordinadora nacional de DD Perú
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