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Foto del escritorIB La Molina

Infidelidad

“Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es más blando que el aceite; mas su fin es amargo como el ajenjo, agudo como espada de dos filos. Sus pies descienden a la muerte; sus pasos conducen al Seol. Sus caminos son inestables; no los conocerás, si no considerares el camino de vida.” Proverbios 5:3-6

Siempre me sorprende la claridad con que el libro de Proverbios describe todo, en estos textos el sabio dice las cosas directamente y sin adornar nada, la mujer extraña es la adúltera que roba el esposo de otra mujer con palabras seductoras y melosas, puede parecer alguien más comprensiva que la esposa, puede disfrazarse de una enamorada fiel, pero su objetivo es alejarte de Dios.


La palabra adulterio está etimológicamente relacionada con la palabra adulterar, que significa "hacer algo de peor calidad agregando otra sustancia" o “alterar fraudulentamente la composición de una sustancia.” La infidelidad no tiene nada de romántico, no es una relación dulce pero incomprensiva, ni mucho menos es una nueva oportunidad de empezar algo verdadero, el adulterio es la actividad sexual voluntaria entre una persona casada y alguien que no es su cónyuge. Es una adulteración del matrimonio por la incorporación de una tercera persona.


La Biblia enseña que el matrimonio fue instaurado por Dios, en este plan no estaba considerado una tercera persona en absoluto, por eso en el séptimo mandamiento dijo claramente: "No cometerás adulterio" Éxodo 20:14. Sin embargo a pesar de la claridad del modelo original que Dios empezó y sin importar la prohibición, la humanidad pecadora ha desarrollado muchas formas de excusas para validar este pecado.


El adulterio es un pecado contra Dios porque rechaza el plan original, segundo es un pecado de hurto, por cuanto se roba a la mujer o al marido de sus legítimos cónyuges. Tercero es un pecado sexual porque a causa del deseo y la lujuria se cae en este vicio que desfigura al hombre y a la mujer, degradándolos al nivel de animales. Y cuarto es un pecado de violación porque se rompe el pacto hecho delante del altar a Dios. Las promesas que no se cumplen son violaciones al pacto con Dios.


Jesús llevó la prohibición del adulterio incluso más allá de la ley de Moisés: "Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón" Mateo 5:27-28. Así que, aunque un hombre trate de evitar "legalmente" el adulterio buscando el divorcio, ya es culpable por la lujuria en su corazón que lo llevó a adoptar esas medidas.

He empezado a describir el adulterio porque los versos de Proverbios que quiero meditar con ustedes tratan sobre la mujer o el hombre que provocan este pecado. ¿Quién es una mujer extraña? ¡Es cualquier mujer que no es tu esposa, pero te ha empezado a gustar, es cualquier hombre que te mira indecorosamente a pesar de que eres casada!


Estas personas tentadoras están fuera de los límites de tu matrimonio; ella o él son ajenos a tu relación matrimonial, así que si te parece que sólo es tu amiga íntima, tu compañera y confidente, quien si te admira y comprende, todo eso es una trampa del diablo, porque sólo tu esposa merece tu atención y no tienes derecho a intercambiar dulces palabras con la adultera, tampoco tu tiempo ni tus sueños, recuerda que tu pareja es uno contigo y nadie más merece tus pensamientos. Lee lo que dijo Job y tenlo como ejemplo de integridad: “Hice un pacto solemne con mis ojos: no mirar con deseo a una muchacha.” Job 31:1


Las mujeres extrañas conocen bien cómo engatusar a un hombre, ellas saben mirar al hombre que vale la pena obtener: “La prostituta va tras un bocado de pan, pero la adúltera va tras el hombre que vale.” Proverbios 6:26


Salomón advirtió repetidamente contra este discurso engañoso y deleitable de otras mujeres, quizá aprendió estas verdades de su padre David que describió también el peligro de las palabras suaves pero que esconden motivos malvados.


“Ellos ablandan su boca más que mantequilla, pero en su corazón hay contienda. Suavizan sus palabras más que el aceite, pero son como espadas desenvainadas.” Salmo 55:21.


¡Hombres, aléjense de ella! ¿Quieres más ejemplos? La esposa de Potifar trató de seducir a José con palabras, pero él la desafió, Sansón, por otro lado, cayó en las mentiras obvias y destructivas de Dalila, porque estaban cubiertas de halagos seductores.


La única seguridad para no caer en el adulterio es la distancia. “Aleja de ella tu camino” 5:8. Ningún hombre puede resistirse fácilmente a los halagos de una mujer. Es demasiado agradable, gratificante y tentador. Es como panal de miel y aceite, dulce y suave. Acaricia el alma y aviva el fuego de la lujuria sexual del hombre. La voluntad de intimidad de una mujer, expresada en un lenguaje seductor y atrevido, es como tirar un fósforo en un barril de pólvora. ¡Aléjate de ella!


Con amor


Martha Vílchez de Bardales


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