“Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos. Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán prosperidad. Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón.” Proverbios 3:1.3
Ser madre es una bendición muy grande, ser madre como Dios quiere que lo seamos es también una gran responsabilidad, se necesita de mucha sabiduría, pero si tratamos de ser inteligentes, capaces, fuertes y valientes en nuestras propias fuerzas fallaremos, porque es imposible buscar el conocimiento sin haberse sometido primero a Dios.
Este Proverbio contiene el deseo de un progenitor para su hijo, le anima a no descuidar todo lo que le fue enseñado, a ponerlo en práctica porque hacerlo así le permitirá vivir muchos años, e inclusive ser próspero.
Pero por favor date cuenta que el autor dice: “Mis enseñanzas” no se refiere a una serie de reglas de su propia autoría, las enseñanzas de este progenitor eran la Palabra de Dios, pero palabras que habían sido interiorizadas tan profundamente que pasaron a ser propias. Este es un ejemplo claro para nosotras, no podemos ser madres sabias si no tienes una comunión diaria con el Padre celestial. No puedes inculcar en tus hijos lo que no está en tu corazón.
Nuestra meta como madres no es una obediencia como mera conformidad externa a la voluntad de Dios, sino hijos con corazones que lo aman y lo obedecen. El corazón sin relación divina es lo primero que se aleja de Dios, pero también es lo primero que vuelve a Dios. Por eso como madres, debemos procura tener un corazón apasionado por el Señor para que tus hijos amen sinceramente al Padre.
Pero el consejo continúa: "Que nunca te abandonen el amor y la verdad. No dejes que te abandonen; átalos a tu cuello".
El consejo de atar las enseñanzas por el cuello fue adoptado por los judíos en la letra y descuidado en espíritu. Desgraciadamente degeneró en superstición; y por eso ellos se llenaron de filacterias (amuletos o talismanes) que usaban sobre todo los fariseos. Dios estaba hablando de grabar en el corazón
Ese no fue el consejo de este progenitor, la orden es más específica: "Escríbelos en la tabla de tu corazón". Como lo expresa Pablo en Romanos 6:17 “Antes eran esclavos del pecado, pero, gracias a Dios, obedientemente y de todo corazón recibieron la formación que se les dio por medio de la enseñanza”.
Es difícil influenciar en un hijo amado las enseñanzas de Dios, cuando en este mundo la mesa está servida con toda clase de diversos deseos y placeres, el corazón del joven está abierta para todos los que vienen con estas ofertas, pero querida madre tu prioridad es guiarlo a la mesa que ofrece Dios.
En este día que festejamos a nuestras madres, tenemos gratitud por todo su esfuerzo y amor al proveernos de cuidado y protección. Sin embargo hay algo que quedará más grabado en nuestros hijos y es el amor que le mostraste a Dios en todo lo que hiciste para Él y para ellos.
Sigue grabando en tu corazón las palabras hermosas de Dios, sigue inculcándolas a tus hijos. Reconócelo en todos tus caminos, y Dios allanará tus sendas. No seas sabia en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser.
Feliz día queridas madres
Martha Vílchez de Bardales
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