“Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.” Santiago 5:19-20
Es muy difícil ayudar al que no quiere ser ayudado, pero es peor intentar aconsejar al que cree que es superior y supone que es más inteligente que los sabios. Este pedido de Santiago es, sin embargo, un encargo que suena como una demanda imperiosa que debe obedecer todo cristiano.
La realidad que vivimos hoy con la pandemia, es que muchos cristianos, se han alejado del Señor, no sólo porque dejaron de congregarse para evitar ser contagiados, sino también hay creyentes que dejaron de tener comunión con Dios.
Por eso Santiago nos anima, como si nos escribiera hoy mismo, que es una necesidad confrontar a aquel que se ha extraviado de la verdad. Es que puede suceder que la mayoría de los cristianos no sean conscientes que se han despistado del camino deliberadamente, ellos tienen que saber que alejarse del Señor es muy peligroso.
"Pero me temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, los pensamientos de ustedes sean desviados de un compromiso puro y sincero con Cristo." 2 Corintios 11:3
Un creyente sincero puede desviarse del camino cuando la comunión con el Señor deja de ser su prioridad. Por eso Santiago nos pide que ayudemos con amor y sin juzgar a nadie. No sólo los pastores, maestros o consejeros espirituales tienen esta obligación, sino que todo creyente está capacitado para llevar a cabo esta misión espiritual, Dios usa instrumentos humanos para hacer retroceder a los pecadores de los errores de sus caminos.
Cuando hago memoria de las personas que me ayudaron en la adolescencia y juventud para no alejarme de Dios, puedo recordar, además de mis padres, a un maestro de la Escuela Dominical, un líder de jóvenes, un amigo de mi edad, una consejera del campamento, una hermana mayor de la iglesia, etc.
Estas personas me ayudaron con una bondadosa conversación a tener claro que sólo de la mano del Señor alcanzaría la felicidad. Por eso Santiago es claro en aconsejarnos a convertirnos en instrumentos para ayudar a los débiles, porque si nos disponemos, Dios hará su propia obra. ¡Es maravilloso como un vaso frágil, como tu y yo, podemos ser usados para hacer la obra de Dios!
“El que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados”
Ahora bien, los creyentes que han sido rescatados no deben ser calificados como muchas veces es tratado un reo puesto en libertad, por ejemplo "el hermano líder que fornicó", "el diácono que robó los diezmos", el maestro que traicionó a su esposa", a veces los que hermanos que cayeron son catalogados con el pecado que falló, y esto justamente es una práctica farisea, por eso será que esos creyentes rescatados, prefieren irse a otra iglesia, o peor, alejarse de nuevo del Señor porque sacaron a relucir sus pecados. Los reproches a un hermano que cayó y se arrepintió son juicios que no escapan de los ojos de Dios. ¡Que diferente fue lo que hizo el apóstol Juan, cuando fue en busca de Pedro, aunque este había negado al Señor!
Nada es mejor que liberar un alma de la muerte eterna; y esto es lo que hace el que restaura al hermano descarriado por el camino recto: por tanto, una obra tan excelente no debe descuidarse nunca.
Cuando un reo sale de prisión es muy difícil que encuentre una oportunidad de restitución en la sociedad, el mundo es pronto para catalogar como el que robó seguirá robando, pero el pueblo de Dios tiene el ejemplo de Jesucristo por eso el pecador en la cruz le bastó un breve arrepentimiento para gozar de la vida eterna. Por favor, ayuda al que se ha alejado para volver al Señor, ese será el mejor regalo que le darás a Jesucristo.
Ya faltan sólo tres días para celebrar la Noche Buena, tengo el encargo de hacerles recordar con amor que Cristo vino al mundo para salvarnos, dejando su trono de gloria vino y se hizo hombre para darnos la oportunidad de reconciliarnos con Dios. Por favor no postergues esta verdad maravillosa por la comida, la fiesta o los regalos. Ve a tu iglesia, adora al Señor con los hermanos, brinda amor, comparte alegría, ese es el Camino verdadero de Cristo.
Feliz Navidad
Martha Vílchez de Bardales
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