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Foto del escritorIB La Molina

Estimada es a los ojos de Jehová, la muerte de sus santos.

"De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte." Juan 8:51.





Esta es una increíble declaración de Jesús, palabras dichas por Dios hecho Hombre. Un verso maravilloso que contiene una promesa que puede servirnos de consuelo en estos momentos que no podemos estar al lado de parientes y amigos queridos que parten a la Presencia de Dios.

Jesús prometió vida eterna a los que guardan su palabra. La muerte de los santos es un hasta pronto.

Jesús dijo: “El que guarda mi palabra” quiere decir, obediencia, pero también, resistencia a perseverar en ella. En estos tiempos de enfermedad y dolor, los creyentes tenemos que perseverar en la confianza que las promesas de Dios son en Él sí, y amén. Quiere decir que a pesar de ver el peligro, la muerte acechando, las pérdidas de seres amados, podemos creer y estar completamente seguros. que los que se aferraron a cada palabra de Dios, no morirán. “Nunca verá muerte”, prometió Jesús.

Este verso en griego también puede ser traducido: “Nuestro rostro le da la espalda a la muerte” Cuando aún no habíamos sido perdonados, no podíamos evitar fijar la mirada sobre la muerte y preverla como nuestro destino. Antes de conocer el evangelio nuestra mirada se quedaba mirando a la muerte como algo que llegaría y se acabaría todo. Pero cuando el evangelio del Señor vino alumbró nuestros ojos, llenó nuestra alma y nos regaló fe, por eso ahora le damos la espalda a la muerte y vemos por fe hacia la vida eterna.

"De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida." Juan 5:24


"El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna" Los líderes religiosos se llenaban de cólera cada vez que Jesús hablaba sobre la vida eterna. Sus sentidos espirituales estaban cerrados y no querían entender esta gloriosa verdad. En Juan 3:16, Jesús dijo que creer en Jesús, en el sentido de depender de él, aferrarse a él, era el camino a la vida eterna. Pero en este verso afirma que escuchar su palabra y creer en el Padre (al que me envió) es el camino a la vida eterna.


Y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida: Como si se mudara a otro país, la muerte es el país donde vive toda alma sin Cristo. El hombre que no conoce a Dios vive una vida que se apaga, o una muerte en vida; pero el que cree en el Hijo de Dios pasa del imperio de la muerte, al imperio de la vida.


Estas verdades son promesas que se hacen consuelo y traen esperanza cuando muere un hijo de Dios. Hoy me enteré de la muerte de mi querida amiga Arsenia Ravelo, una compañera en la obra de Dios. Aunque estuvimos distanciadas porque laboramos en distintos países, me unía el amor que Dios derramó en mi corazón por ella. Apenas supe de su partida, abrí mi Biblia en busca de consuelo y Dios me dijo, "Recuerda que no está muerte, ella tiene vida eterna"


Dios mío danos conciencia sobre estas promesas cada minuto de nuestra vida en esta tierra, pero que no atesoremos esto sólo para nosotros, que prediquemos sobre el evangelio, para que seamos más los que llenemos el cielo adorando al Salvador.


Arsenia, seguiré predicando la Palabra de Dios con todo mi corazón, sé que desde el cielo sonreirás cuando me veas haciendo el trabajo por las dos.


Martha Vílchez de Bardales





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