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Foto del escritorIB La Molina

¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?

“Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese. Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová? Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. Y llamó el nombre de aquel lugar Masah] y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?” Éxodo 17: 1-7


Más de 5.000 fotos de personas fallecidas por la COVID-19 recubrieron este domingo los bancos y las paredes de la Catedral de Lima para una misa en homenaje a las víctimas del coronavirus. Con la catedral a puerta cerrada, las imágenes de las víctimas mortales de la pandemia fueron los únicos asistentes de esta homilía, las fotografías enviadas en los días previos por los familiares de los occisos no solo coparon todos los bancos, sino que además cubrieron las grandes columnas y muros del templo. Cuando vi la noticia sentí un nudo en la garganta.


MI hermana mayor también perdió a su esposo a causa de esta enfermedad, 47 años de casada junto al hombre que amó todos esos años, pero el día de su partida no pudo acompañarlo, ni siquiera ir a su entierro. Sin embargo, a pesar del dolor, ella como hija de Dios encontró en el Señor consuelo, paz y esperanza en la vida eterna. Pero, los miles de familiares de esas víctimas ¿tendrán la misma consolación?


Hace muchos siglos Israel, pueblo elegido de Dios, fue liberado de años de esclavitud, caminando por el desierto, tuvo sed, entonces empezó a murmurar contra Jehová. Aquellos hombres olvidaron las misericordias que Dios hizo por ellos y llegaron a preguntarse: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no? Ex 17:7.


Viendo las bancas de la catedral llenas de esas fotos me pregunto, cuántos sentirán que Dios los ha abandonado. Pareciera que al igual que Israel en el desierto, ahora también nosotros, como peruanos, nos tropezamos con un escenario límite, y surgen dudas e interrogaciones por todos sitios: Si Dios existe y es tan bueno: ¿Qué gana con esta pandemia mundial que mata a tantas personas inocentes?” ¿Tan horribles son nuestros pecados que merecemos tal castigo?


Israel tentó a Dios al pensar de esa forma tan ingrata, y muchos podemos caer en el mismo acto de ingratitud si olvidamos las misericordias de Dios. Cuando tenemos un problema es mucho más fácil el culpar a alguien que el pensar el problema cuidadosamente y en el espíritu. En esta situación Israel pudo pensar, “Estamos en un desierto; no es de sorprenderse que no haya mucha agua aquí. Necesitamos buscar a Dios para satisfacer esta necesidad.” Pero en lugar de eso ellos culparon a Moisés y no hicieron nada para ayudar con el problema.

¿Quién puede entender los caminos de Dios, quién puede ahondar en sus pensamientos? Moisés casi cae en manos de esa nación molesta, y en ese momento clamó a Jehová. Esa es la clave para que sepamos que hacer, cómo actuar y cómo responder ante esta crisis mundial: Clamar a Dios con todas nuestras fuerzas.


Moisés sabía que el pueblo era injusto con él: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán”. Pero él aún debía de dirigirlos a pesar de la presión de un ataque injustificado, y él hizo bien al voltear a Dios en oración. Una de las características y rasgos que debemos imitar del patriarca es que sabía llevar las dificultades al Señor.


Que sigamos siendo instrumentos de Dios para ayudar a muchos.

Martha Vilchez de Bardales



 

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