"Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades; Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza. Recibidle, pues, en el Señor, con todo gozo, y tened en estima a los que son como él; porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte, exponiendo su vida para suplir lo que faltaba en vuestro servicio por mí". Filipenses 2: 25-30.
Cada día recibo decenas de pedidos de oración, casi todos estos pedidos son por la salud de alguien que está contagiado, por alguien que está en cuidados intensivos, por toda una familia enferma, o necesidades de alojamiento, provisión económica o peligro en las calles.
Esta semana partió a la presencia de Dios un querido amigo y aunque no fue por el virus del covid19, durmió en medio de una pandemia mundial. Busco cada día en la Palabra bendita el consuelo y socorro de Dios, cuando me asalta el miedo de recibir una llamada más, que diga que alguien amado está grave. Dios es el único, que mediante la escritura, me da esperanza y me anima a perseverar. No puedes decir que eres cristiano y no lees la Biblia, no puedes decir que amas a Dios y no meditas en su palabra todos los días.
Hoy quiero enseñarte sobre un querido amigo de Pablo que enfermó, con enfermedad de muerte. Se llamaba Epafrodito. Epafrodito fue un colaborador del apóstol Pablo, él cursó cielo mar y tierra para propagar el evangelio. Su nombre era común en aquella época. Su nombre significa: “amable” o “amoroso.” Nació de una familia griega, y puede ser que sus padres, siendo griegos le hubiesen dado dicho nombre deseando, que Epafrodito se hubiese dedicado al servicio del templo de Afrodita. Pero Dios tuvo mejores planes para él. Según la tradición, después de que Pablo y su equipo de ministerio salieron de Filipos, Epafrodito rápidamente se convirtió en un líder de la iglesia en Filipos; la iglesia Ortodoxa inclusive le señala como el primer pastor de la iglesia en Filipos.
Quizá en medio de su trabajo misionero, Epafrodito enfermó, su situación fue grave: “Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.”
Quiero resaltar el grado de amistad que tenía Pablo por su compañero, creo que cuando se enteró de la situación de su compañero debió orar con todas sus fuerzas. “La misericordia de Dios hacia Epafrodito también fue misericordia hacia Pablo.” Si Epafrodito hubiera muerto, Pablo hubiera tenido tristeza sobre tristeza, porque un hermano valorado, colaborador y soldado en Cristo ya no estaba sobre la tierra.
Creo que Pablo llamó a Epafrodito con estos títulos de hermano, colaborador, compañero o soldado, mensajero y servidor de la Iglesia, mientras oró por Él. Me lo imagino diciendo en su clamor: “Señor, él es tu siervo, está haciendo el ministerio de la evangelización, es un soldado valiente, es mi hermano en la fe, Señor sánalo te lo pido en el Nombre de Jesús.”
¡Cuán urgente es que la iglesia ore por sus pastores, por los siervos de Dios, como lo hizo Pablo!
Pablo llamó a Epafrodito su “hermano”, aunque este término se utilizaba para hermanos en la sangre, Pablo honró a Epafrodito llamándole así, porque ambos eran hermanos en la fe, pero además, hermanos en el mismo sentir, hermanos compartiendo la misma visión, la misma pasión, hacer todo para la gloria de Dios.
También le llamó “colaborador” en el ministerio, esto significa co-trabajador, ambos trabajando hombro a hombro en la proclamación del evangelio. Lo llamó igualmente, “compañero de milicia” como si ambos fueran soldados del mismo batallón, peleaban para el mismo capitán, se tenían absoluta confianza porque sus vidas dependían el uno al otro. Él y Pablo habían hecho batalla, no sólo en la labor de la iglesia al resolver conflictos internos en la iglesia, o defender el evangelio en medio de tanta oposición de afuera, sino que también batallaron espiritualmente juntos.
Epafrodito fue “mensajero y servidor de la iglesia” no sólo era amigo y colaborador de Pablo, fue un hombre responsable de la iglesia a la que fue asignado, y finalmente Pablo lo llamó: “servidor” porque su ministerio lo hizo como actos de adoración, como sacrificios de olor fragante a Dios. Epafrodito vivió para los demás y nunca se cansó de ofrendar su vida con amor.
¿Conoces a un Epafrodito? Los pastores merecen amistad, amparo, sujeción, asistencia, comprensión, sostén y sobre todo oración. Quizá no lo sabías y tienes un Epafrodito como pastor. Por favor ora por Él.
Con amor
Martha Vilchez de Bardales
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