"Juan le respondió diciendo: Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba fuera demonios, pero él no nos sigue; y se lo prohibimos, porque no nos seguía. Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa." Marcos 9:38-41
Dios nos permite ver a través de las debilidades de los hombres de la Biblia, nuestras propias carencias. Después de una conversación tan hermosa donde el Señor les dijo a sus discípulos que debían ser como niños, de pronto Juan irrumpió y dijo que había visto a un hombre (que no era parte de los doce) haciendo liberación de demonios. ¡Y encima esa liberación había sido efectiva!
Creo que la voz de Juan demostraba una tremenda frustración, ellos no lograron la sanidad de un joven, y otros seguidores de Jesús podían echar demonios de una manera exitosa mientras, ellos habían fallado, y los otros hacían milagros como Jesús. ¡Señor, tienes que pararlos!
Vamos a estudiar un poco la frase de Juan: “Vimos a alguien expulsando demonios (daimonion) en tu nombre”. El verbo expulsar nos indica que aquel hombre fue eficaz en sus esfuerzos Y la frase “En Tu Nombre" habla de la autoridad del Nombre de Jesús para expulsarlos. Dios permitió que se manifestara su Poder a través de este hombre porque confiaba totalmente en el poder de Jesús (probablemente también orando más para mostrar su humildad y completa dependencia), no fue su propio poder humano.
¿Se dan cuenta que la obra de Jesús no fue en vano? Su Palabra no volvió vacía, él despertó en hombres y mujeres la fe para creer y realizar milagros, incluso más allá de su círculo más cercano.
Juan y los discípulos sin embargo, no estaban contentos de saber que habían otros creyentes sinceros, ellos, al parecer estaban celosos y frustrados, así que exigieron que Jesús los corte totalmente a esos, que si hacen milagros.
La palabra que usó Juan fue la palabra koluo de kólos, que significa cortar, recortar, debilitar y en general obstaculizar, prevenir, controlar, y restringir. Es decir prohibir totalmente esos actos. La idea era que no se vuelva a repetir que ellos hagan esos milagros en el nombre de Jesús. En resumen, koluo significaba dificultar que alguien haga algo o que algo suceda.
¿Cuál fue la razón que dieron para este atropello? ¿Por qué intentaron impedirlo? Respuesta: Porque no es uno de nosotros. Y, por extensión, no es un "seguidor" de Jesús. Juan pasó de ser un discípulo frustrado a un hombre que juzgaba el corazón y los motivos de los otros cristianos. Cuando el corazón humano se llena de frustración, vienen sentimientos peores que dominan la mente y te llevan a cometer locuras.
¡Dense cuenta por favor de la inmadurez de los discípulos en este momento! Se quejaron porque otros que no estaban con ellos, que “no los seguían” estaban mejores que ellos, ¿acaso se olvidaron que no pudieron hacer nada por el joven endemoniado? Lo más irónico es que ellos mismos no pudieron expulsarlo, pero aquí tenemos a un hombre que echaba fuera demonios con éxito y lo hacía en el nombre de Jesús.
“Seguir” es un verbo que se usaba para describir a alguien que actúa como discípulo del que está siguiendo. Entonces, aquí el pensamiento de Juan fue que aquella persona no era un seguidor de los discípulos y por lo tanto no era un seguidor de Jesús. Esa declaración no le gustó a Jesús.
“Pero Jesús dijo: No se lo prohibáis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mí. Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.”
Les cuento que mi papá fue pastor por muchos años, la doctrina y la liturgia de la iglesia era conservadora y muy bíblica. Por eso al hablar sobre otras denominaciones, él era muy explícito en advertirnos de “guardar la sana doctrina”. A pesar de esto, mi relación con cristianos de diferentes grupos me hizo más abierta, y esto no siempre le gustaba a él.
Ahora viendo a Juan y su actitud pienso que las comparaciones con otras iglesias amadas no es algo que ayude a la unidad del Cuerpo de Cristo. El Señor nos dio el principio de la unidad: “Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre” Debido a este principio de unidad, es apropiado el mostrar la amabilidad hacia los demás en el nombre de Jesús. Aún un vaso de agua, será recompensada.
En estos tiempos de pandemia he visto muchas iglesias hermanas que se han modernizado (como nosotros) para que nada la detenga y la palabra corra. Me gozo al ver cultos de oración por las redes, escuelas para niños, seminarios para hombres y mujeres, ministerios de acción social, etc, el evangelio sigue corriendo y eso es una bendición y prueba que Dios es el Pastor de la Iglesia.
Sigamos orando, sigamos sirviendo, y si vemos a otros haciendo cosas poderosas en el Nombre del Señor, gocémonos con ellos, la iglesia está viva. Amén.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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