“Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” 1 Corintios 13:7
Ya estudiamos las ocho cosas que el amor no hace, ahora veremos lo que SÍ debe hacer.
En primer lugar dice el apóstol Pablo inspirado por Dios, que el amor verdadero todo lo sufre: El verbo que se usa es “Stego” y tiene dos significados en el Nuevo Testamento. El primero es cubrir o esconder algo. El segundo es abstenerse. Stego también deriva de la palabra “destege” que significa techo o cubierta de una casa, por lo tanto significa cubrir o proteger cubriendo, y soportar por debajo. A partir de esta definición, vemos la imagen del amor como aquello que protege al amado cubriéndolo, ocultándolo de lo que sería perjudicial, por ejemplo, palabras, acciones, etc.
En segundo lugar el verdadero amor todo lo cree: en griego “pisteuei”. Este verbo pisteuo viene de pistis=fe y significa creer en alguien o confiar. La persona que “todo lo cree” es todo lo contrario de un escéptico que vive siempre dudando o no creyendo. El que ama con amor ágape es optimista y tiende a pensar lo mejor en lugar de lo peor de la gente.
En tercer lugar el verdadero amor todo lo espera: en griego “elpizei”. Quiere decir que la persona que ama con amor ágape no se rinde fácilmente, ni abandona a su ser amado. Puede que reconozca que existe un problema, pero tiene esperanza de resolverlo. Se mantiene optimista y con actitud positiva en lugar de pesimista.
En cuarto lugar el verdadero amor todo lo soporta: “hypomenei”. El verbo hypomenei viene de dos palabras griegas: hypo=debajo y meno=permanecer. Es como estar agachado en una postura defensiva que supera y persevera ante las dificultades.
En el acompañamiento pastoral he aconsejado a muchas mujeres perdonar y no guardar rencor, poniendo en práctica el amor sacrificial, sin embargo, también debo advertir que hay un límite que te protege si el que te demanda sacrificio no hace nada para cambiar.
Como vimos antes, existen ocho cosas que NO se identifican con el amor de Dios, el verdadero amor rechaza los celos, el orgullo, la arrogancia, la lujuria, el egoísmo, la ira, el resentimiento, y la falta de integridad. Por lo tanto el amor verdadero no debe creer las mentiras, las adicciones, la violencia o cualquier tipo de abuso u otra cosa que no sea de Dios. Cuando el apóstol dice “todo”, está hablando de todas las cosas aceptables bajo la justicia y la voluntad de Dios, y de todo lo que cae dentro de la tolerancia divina del Señor”.
Hay personas que sufren en silencio y toleran el abuso en aras del amor. Pero debemos tener cuidado de no confundir el sufrir, creer, esperar, y soportar con la resignación. La pasividad ante el mal no soluciona nada.
Algunos mal interpretan según su conveniencia estos textos y exigen que el más débil sea más sumiso aún, pero estos versos no alaban la pasividad, sino que enseñan sobre el verdadero amor. Si amas no serás cómplice de los pecados de la persona que amas, sino que lo ayudarás a vencer esa malignidad.
Amas de verdad cuando eres leal, crees en la persona amada, lo ayudas, y siempre esperas lo mejor, también amas si te mantienes firme para defender al amado de cualquier dardo del maligno. Amas y lo demuestras siendo solidario, ayudando a la persona amada a crecer y superar sus debilidades. El verdadero amor nunca se rinde, nunca se da por vencido.
Un detalle más, la palabra “Stego” se usaba con frecuencia para señalar el modo como debían ser protegidos los papiros. Para que un rollo estuviera completamente salvaguardado, se cubría y encerraba de tal manera que se le impidiera la entrada de algo indeseable como el agua o la tierra.
El amor es esa hermosa virtud que cubre con un manto de protección al ser amado.
Stego se usa también en otras tres citas:
1 Corintios 9:12 “Sin embargo, no hicimos uso de este derecho, sino que lo soportamos (stego) todo, para que no pongamos obstáculo al evangelio de Cristo.”
1 Tesalonicenses 3:1 “Por tanto, no pudiendo soportarlo más (stego), nos pareció mejor quedarnos solos en Atenas.
1 Tesalonicenses 3:5 “Por tanto, no pudiendo soportarlo (stego) más, también envié a averiguar acerca de vuestra fe, por temor de que el tentador os tentara, y nuestro trabajo fuera en vano.
Los creyentes que aman de verdad son fortalecidos por el Espíritu para amar como un acto firme de la voluntad personal. El amor "stego" protege y no decide echar al pecador porque éste no cambia, el amor verdadero está dispuesto a caminar la segunda milla para proteger la reputación del débil y no señala todos sus defectos. Pedro hizo una declaración similar en su primera epístola exhortando a sus lectores: “Sobre todo, manténganse fervientes en su amor mutuo, porque el amor cubre multitud de pecados.”
La sociedad de hoy nos enseña a desechar lo que no nos agrada, botar una persona de tu lado porque no cambia es rendirse antes de luchar. Es verdad que la violencia no debe tolerarse, pero como cristianos debemos aprender a ayudar al caído y luchar por él hasta que se entregue a Jesucristo. Que Dios nos ayude a poner en práctica este amor.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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