“El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.” 1 Corintios 13:8-10.
Pablo hizo una declaración profunda y espiritual: “ el amor nunca deja de ser”, algunos lo traducen como “el amor nunca falla” o “el amor nunca cae y muere”. Y claro que el verdadero amor nunca falla, no falla porque siempre soporta, siempre tiene fe, siempre espera, siempre permanece.
Alguna vez escucharon la frase: “Eres una falla”. Esto le dicen a los que provocan una desilusión o los que no cumplieron su palabra, también es una manera de llamar a los que traicionaron la confianza. Se usa la palabra “fallar” pero la palabra griega también literalmente significa “caer” o “caer muerto”.
Por ejemplo Lucas usa esta palabra cuando el joven Eutico que estaba sentado en la ventana escuchando a Pablo, de pronto se quedó dormido y sufrió una "caída" fatal. Hechos 20:9
También en el mismo libro vemos cuando Pedro confrontó a Ananías y Safira por haber mentido, ellos “cayeron” y murieron, Hechos 5:5-10
Pablo usó este término cuando habló de los 23,000 que “cayeron” muertos en el desierto debido a su inmoralidad, 1 Corintios 10:8, con referencia a Éxodo 32:28.
Quiere decir que el amor verdadero no muere; no cae a las profundidades del olvido, no llega a su fin. El amor es como una batería inagotable que sigue y sigue y sigue viviendo permanentemente.
Pablo nos muestra un contraste entre los dones que se acabarán, dones que para los Corintios eran más valiosos que nada, como las lenguas, el conocimiento, incluso las profecías. Pero el amor estará allí después de que todo lo demás se haya perdido.
“Mas cuando venga lo perfecto”
¿Qué es lo perfecto? Casi todos los comentaristas están de acuerdo en que lo perfecto es cuando estemos en la presencia eterna del Único Perfecto, cuando estemos con el Señor por siempre ya sea por el regreso de Cristo o la graduación a lo eterno.
Cada vez que visito a mi mamá tengo la experiencia más hermosa del amor en acción, ella tiene noventa y seis años, su memoria ya no es la misma, pero sigue tratando de hacer las mismas cosas que antes, cuando nos recordaba nombre por nombre a cada uno de sus hijos. Apenas la saludo, me pide que me siente a su lado, y no importa lo que esté comiendo, de inmediato empieza a invitarme sus alimentos poniendo la cuchara en mi boca. Cuando termina de alimentarme, agarra mi mano y empieza a besarla con una dulzura tan tierna que me hace lagrimear, entonces me pongo a cantar a su lado, y ella tararea conmigo alguna nota, y si le digo versos de la Biblia, afirma con su cabeza positivamente, como si pudiera recordar todo con claridad.
Mi madre ya no tiene mucho conocimiento, tampoco puede darme un verso completo como antes, y menos hablar en lenguas espirituales, esos dones ya no son notorios en su vida, pero hay algo que sigue demostrándose en cada una de sus actitudes, y eso el Amor de Dios en su vida. Yo creo que en ella se cumple bien esta parte: “pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará, pero el amor nunca deja de ser”.
Tanto nos falta para manifestar este amor tan grande, pidamos a Dios que nos ayude y seamos canales de su perfecto amor.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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