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Foto del escritorIB La Molina

Dios es el Defensor de ellos

"No traspases el lindero antiguo, ni entres en la heredad de los huérfanos; porque el defensor de ellos es el Fuerte, el cual juzgará la causa de ellos contra ti." Proverbios 23:10-11

Ayer tuve la oportunidad de visitar una zona muy golpeada por el desborde de los ríos, había leído sobre la activación de la quebrada de Río Seco, y el daño que causó, en efecto, la desolación estaba en todo esa zona cubierta de grandes rocas, barro y casas destruidas.


Después de entregar víveres y biblias, emprendimos la retirada, pero en el camino vimos a una persona sentada en el piso, como mirando la destrucción. Nos detuvimos y para entregarle un poco de ayuda y me dijo señalando una zona llena de piedras, palos y tierra: “Me equivoqué, compré este terreno pensando vivir aquí tranquilo, construí mi casita, sembré flores y todo se veía bonito, pero los traficantes de terrenos me engañaron, este lugar no era seguro, qué voy hacer, ya lo perdí todo”.

A estos delincuentes no les importa la seguridad de nadie, se apropian de terrenos en lugares inhabitables y los venden como si fueran de su propiedad. Estoy pensando en ellos mientras leo los versos: “No engañes a tu vecino cambiando de lugar los antiguos límites de propiedad ni te apropies de la tierra de huérfanos indefensos.”


El Señor Dios del cielo y de la tierra protege los derechos de propiedad. Era costumbre en los tiempos bíblicos usar un montón de piedras, un poste u otro marcador para establecer los límites de la propiedad. Estos hitos permanecían inamovibles de una generación a otra, ya que la propiedad continuaba como parte de las propiedades familiares. Una de las leyes más importantes en la Biblia era la protección de los derechos de propiedad:

  • No traspases los linderos antiguos que pusieron tus padres. Pr. 22:28

  • No reducirás los límites de la propiedad de tu prójimo, que fijaron antes. Deuteronomio 19:14.

  • Maldito el que redujere el límite de su prójimo Deuteronomio 27:17

  • Los príncipes de Judá fueron como los que traspasan los linderos; derramaré sobre ellos como agua mi ira. Oseas 5:10.

Mover el lindero ajeno era una forma de agrandar un campo y de robarle a su vecino. Entonces a aquellos que roban de esta manera el Señor los condena. Todos los que son vulnerables tienen un protector especial, un Redentor en Dios. Él ha prometido defender su causa contra todos los que vengan a robarles lo que les pertenece. El texto dice que Dios es el Defensor de ellos. Nuestro Padre no cambia, el sigue exigiendo honestidad e integridad impecables en todos los negocios.


Pero esta Palabra no sólo tiene que ver con los terrenos sino también con aquellos que quieren abusar de la inocencia de los pequeños. A ellos, a los viles y abusadores les dice Dios: ¡No te metas con los más pequeños o más débiles que tú, porque ellos tienen un Redentor Poderoso! ¡Yo su Padre, te haré responsable por cualquier mal que les quieras hacer!

¡Maldito sea quien viole los derechos del extranjero, del huérfano o de la viuda!. Y todo el pueblo dirá: “¡Amén!”Deuteronomio 27:19

“Esto ha dicho el Señor: A los pobres y débiles se les oprime y se les hace sufrir. Por eso voy ahora a levantarme, y les daré la ayuda que tanto anhelan.” Salmo 12:5.

Hermanos debemos poner en práctica toda la palabra y amar a los huérfanos, las viudas, los más necesitados y hacer todo lo posible por ayudarlos siempre que sea posible. Esta es la religión pura de Jesucristo: “Creer en Dios el Padre es agradarle y hacer el bien, ayudar a las viudas y a los huérfanos cuando sufren, y no dejarse vencer por la maldad del mundo.” Santiago 1:27

Las consecuencias de descuidar a los que tienen necesidad o aprovecharse de ellos es un pecado que Dios está mirando: “Si en tu provincia ves que se oprime a los pobres, y que se tuercen el derecho y la justicia, esto no debe asombrarte, porque sobre un alto oficial hay otro más alto, y por encima de ellos hay uno más alto.” Eclesiastés 5:8.

Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada. Salmo 68:5.

Que todos los traficantes de terrenos, los que engañan y roban en sus negocios, los pedófilos que acosan a los niños, los tratantes de adolescentes y jovencitas, los abortistas y legisladores que apoyan estas causas diabólicas, presten atención. El juicio viene pronto.

Con amor

Martha Vílchez de Bardales


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