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Foto del escritorIB La Molina

¡Dichosa tu que has creído!


¡El Dios todopoderoso ha hecho grandes cosas conmigo! ¡Su nombre es Santo! Te digo que tan pronto como llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de alegría la criatura que llevo en el vientre. ¡Dichosa tú que has creído, porque lo que el Señor te ha dicho se cumplirá! Entonces dijo María: Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador, porque se ha dignado fijarse en su humilde sierva. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí. ¡Santo es su nombre! De generación en generación se extiende su misericordia a los que le temen. Hizo proezas con su brazo; desbarató las intrigas de los soberbios. De sus tronos derrocó a los poderosos, mientras que ha exaltado a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes, y a los ricos los despidió con las manos vacías. Acudió en ayuda de su siervo Israel y, cumpliendo su promesa a nuestros padres, mostró su misericordia a Abraham y a su descendencia para siempre.





¡Qué gran impacto causó la visita de María a su prima Elizabet!, ella estaba encinta de Juan el Bautista cuando la madre de nuestro salvador llegó a verla, dice la Palabra que el bebe saltó en su vientre apenas la vio.

Imagino que la fe de aquella noble mujer era tan notoria que mereció este saludo tan memorable:

Te digo que tan pronto como llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de alegría la criatura que llevo en el vientre. ¡Dichosa tú que has creído, porque lo que el Señor te ha dicho se cumplirá!


La respuesta de María a su prima ha traspasado mi corazón de alegría porque una vez más me enseña lo que Jesús ha hecho por mí y quiero compartirlo con ustedes mis amados hermanos, para que al celebrar la navidad, seamos plenamente conscientes que el pequeño Jesús que todos representan como un bebé, dejó de serlo y es ahora el Salvador de toda la humanidad.


Nuestro Salvador vino para:


  • Hacer grandes cosas por nosotros.

  • Extender su misericordia a los que le temen.

  • Hacer proezas con su brazo.

  • Desbaratar las intrigas de los soberbios.

  • Derrocar a los poderosos.

  • Exaltar a los humildes.

  • Colmar de bienes a los hambrientos.

  • Acudir en ayuda de sus siervos.

  • Cumplir todas las promesas hechas en su Palabra.

¡Mostrar misericordia a sus hijos y a sus descendientes para siempre!

Este hermoso cántico de María llena hoy mi corazón, es navidad y puedo recordar con gratitud que mi Señor ha hecho grandes cosas por mi, son incontables sus indulgencias para esta imperfecta sierva suya, mi Redentor llena de alegría y esperanza mi vida al renovarme su promesa que señala con autoridad divina, que su brazo sigue extendido para abrazarme con misericordia y compasión, esta promesa es para todos los que le temen.


Él nunca ha dejado de amarme, por eso quiero adorarle con todas mis fuerzas. Nuestro Redentor se hizo hombre para morir por nosotros, vivir a nuestro lado, y desbaratar las intrigas y maquinaciones de todos aquellos que buscan hacernos mal.


Nuestro Salvador vive para interceder por nosotros, derrotar a todo poder maligno que nos acecha, revelarse pronto cuando necesitamos su ayuda, satisfacer nuestras necesidades hasta hacernos sobreabundar. Es imposible que ante tantas promesas de amor y compasión, pueda dar lugar a la tristeza o al rencor en alguna parte de mi corazón. ¿Por qué andar triste?


¿En qué cabeza cabe vivir con los recuerdos amargos o las penas causadas por la pandemia, el miedo o la soledad? Hoy me uno al cántico dulce de María, y declaro con alegría: Mi Redentor ha nacido, él ha cumplido todas, absolutamente todas sus promesas para conmigo, él me ha mostrado su misericordia e infinito amor, no estoy sola, nunca lo estaré, su gracia me basta para ser feliz. Mis amados, celebremos esta Navidad con corazones llenos de gratitud, que nadie se sienta solo, sola, que las cosas materiales no compitan con el verdadero sentido de la venida de nuestro Redentor.


Mi oración y mejor deseo para ti es que tu corazón se llene de una alegría sin igual, tu Libertador, Abogado, Amigo, Protector y Defensor está a tu lado y esto es motivo ¡para alabar y celebrar!.


Con amor


Martha Vílchez de Bardales

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