"Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones." Joel 2:28
La frase “… derramaré mi Espíritu sobre toda carne…” me tiene impresionado, y tengo algunos detalles para compartir:
Sabías que el verbo “derramar” se menciona 111 veces en el AT, y en sólo tres ocasiones se relaciona con el Espíritu Santo (Zacarías 12:10; Joel 2:28 y 29).
“Derramar” significa verter un líquido de arriba hacia abajo, sin medida ni control (puede caer dentro o fuera del recipiente); en todo caso, está relacionado con la idea de abundancia.
La expresión “… derramar mi Espíritu sobre toda carne…” fue revolucionaria, nadie podía imaginar que Dios quería compartir su presencia, plenitud y poder con cualquier persona ¡Es una promesa maravillosa!
En el NT, el verbo “derramar” es el que más se relaciona con el Espíritu Santo (25% de las menciones).
Es indudable la conexión entre los creyentes y el Espíritu Santo. La Biblia dice que debemos ser llenos del Espíritu (ver Ef. 5:18), andar en el Espíritu (ver Gál 5:6), ser guiados por el Espíritu (ver Rom. 8:14), vivir según el Espíritu (ver Rom. 8:9) y un largo etc. Pero la Biblia también dice que los creyentes podemos apagar o entristecer al Espíritu Santo (ver 1 Tes. 5:19; Ef. 4:30); por eso es importante que seas consciente de quién mora en ti:
“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” 1 Corintios 6:19
Parecería que, en la vida diaria, algunos creyentes olvidan de quien vive con ellos, olvidan que el Espíritu Santo va donde ellos van, y es testigo de todo lo que ellos hacen.
¿Qué haces para que el Espíritu Santo esté a gusto contigo? Cada uno de nosotros debería comenzar el día pidiendo su llenura y plenitud, y debería vivir atento a su guía y dirección. En pocas palabras, en vez de enfocarte en tus planes, toma un momento para pensar en cuáles son los planes de Dios para tu vida.
¿Qué quiere Dios hoy?
La manera como respondas, determinará si eres un creyente guiado por el Espíritu, o un creyente que entristece al Espíritu Santo.
¡Tenemos un día para obedecer a Dios!
Un abrazo fuerte,
Pastor Miguel Bardales