"Débora mandó llamar a un hombre llamado Barac hijo de Abinoam, que vivía en la ciudad de Cedes, territorio de Neftalí. Débora le dijo a Barac: El SEÑOR Dios de Israel te ordena lo siguiente: “Reúne a 10 000 hombres de las tribus de Neftalí y Zabulón, y dirígelos al monte Tabor. Yo haré que Sísara, el comandante del ejército de Jabín, llegue hasta ustedes. Haré que Sísara vaya con su ejército y sus carros hasta el río de Quisón y te ayudaré a derrotarlo”. Barac le dijo a Débora: Si tú vas conmigo, iré; pero si tú no vas, yo tampoco iré. Claro que iré contigo—respondió Débora—, pero en esta campaña, no tendrás el honor de derrotar a Sísara. El SEÑOR hará que una mujer derrote a Sísara." Jueces 4:6-9
¿Qué tipo de valentía convierte a una persona en héroe o heroína? No había muchas figuras heroicas en Israel en los días de los jueces. Hemos visto que en este período oscuro: “cada uno hacía lo que le parecía mejor” Jueces 21:25. Y al hacer lo que les gustaba, desobedecían al Señor. Pero cuando una sola persona decide obedecer a Dios, es como si se prendiera una luz en la oscuridad.
Ese es el caso de la profetisa y juez Débora, a quien Dios usó para liberar a su pueblo de la opresión de Jabín. Nuestra heroína fue una mujer sabia y capaz, que brilló en su tiempo y sigue brillando motivando a mujeres de fe a seguir su ejemplo de dependencia al Señor.
Débora inició el plan para derrotar al ejército de Jabín, dirigida por el consejo de Dios. Pero como madre que era, ella tomó de la mano, por así decirlo, a Barac. En la actitud de Débora y Barac veo algo como cuando una mamá le da una tarea a su hijo, pero cuando éste le dice que no sabe, o que necesita ayuda, ella, solícita lo acompaña para que tenga más confianza.
Débora no tenía ninguna duda de que el Señor le daría la victoria a su pueblo, pero Barac sin dudar de Dios, creo que vio en esa madre, la fe y la comunión con el Dios Viviente, que provocaba más seguridad. No creo que Barac haya sido un cobarde, todo lo contrario, estuvo listo a salir al combate, pero con la presencia de una mujer de Dios.
La comunión con Dios nos hace valientes. El día de hoy, hay mucha gente que tiene miedo y necesita esa mano tendida que le de apoyo, aliento, consuelo, seguridad. Tal vez conozcas a un Barac, una persona que necesita a alguien que le acompañe en este tiempo de dolor, vienen los Barac en busca de una oración, un consejo, una palabra de amor y valentía antes de intentar algo nuevo o dar un paso de fe. ¡Tienes que estar atenta a los Barac que necesitan tu mano de mujer de fe!
Sin embargo a veces puede ocurrir que das los consejos, les escribes y llamas, pero finalmente te ignoran, estas clases de actitudes ponen a prueba nuestra paciencia, especialmente si sabes que él o ella están en problemas y aún así no se sujetan a Dios.
A veces cuesta entender por qué otros creyentes retroceden en su fe. No entiendes cómo es posible si ven tremenda prueba, no se acercan a Dios. Si quieres ser como Débora, no te toca juzgar a quien duda. Porque aunque Barac prefirió la inspiración de la presencia de Débora a la ayuda invisible pero segura del Dios Todopoderoso, ella no le llamó la atención, sino que sin dudar aceptó su requerimiento y fue con él. ¡Si quieres hijos valientes, tienes que ayudarlos a enfrentar sus temores!
En Hebreos 11 se le menciona a Barac como uno de los héroes de la fe; pero su fe se hizo fuerte por la influencia de Débora, por la seguridad de esa mujer en Dios, que no lo abandonó sino que lo acompañó con valentía. ¿Tienes a algún Barac en mente? Sigue trabajando para darle siempre la Gloria a Dios.
¿Tienes a algún Barac en mente? Sigue trabajando para darle siempre la Gloria a Dios.
Con amor y fe
Martha Vílchez de Bardales
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