“Vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” Efesios 6:4
“Cuando disciplinas a un niño, primero deberías haberte controlado tú. ¿Qué derecho tienes a decirle a tu hijo que necesita disciplina cuando, obviamente, tú la necesitas?”. (D. Martyn Lloyd-Jones)
Es cierto que la Palabra de Dios nos exhorta sobre la importancia de disciplinar a los niños, pero muchos han convertido esta disciplina en sinónimo de gritos, golpes y violencia. Un pequeño que es tratado con furia, en un primer momento experimentará miedo o terror frente al golpe, pero después no sólo sentirá el dolor físico, sino emocional.
Hay adolescentes que sufrieron estos golpes físicos en su niñez que no pueden cambiar su manera de relacionarse con las personas, esto ocurre porque han desarrollado mecanismos de adaptación a la violencia, y por lo tanto creen que los problemas deben enfrentarse con berrinches, gritos y agresiones. La Biblia por eso enseña claramente que no castiguen a los niños con ira, porque les provocarán ira.
“Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.” Colosenses 3:21
Provocar es el tipo de palabra que puedes usar cuando enciendes un pequeño fósforo que luego se puede convertir en una inmensa llama; comienzas con algo pequeño y lo provocas en un fuego ardiente. ¿Te ves a ti mismo incitando a tus hijos para que pequen? ¡Claro que no! seguramente me responderás. Por supuesto que de ninguna manera haríamos eso conscientemente, menos como padres cristianos. Sin embargo hay situaciones que pasan por ser normales y que podrían estar induciendo un comportamiento rebelde e irritable en los hijos:
Disciplinar continuamente con cólera y gritos. Efesios 4:26- 27; Santiago 1:19- 20.
Ser inconsistente y flojo con la disciplina 2 Corintios 1:17-18.
Ser un hipócrita. Filipenses 4:9
No admitir que estás equivocado. Mateo 18:15.
Encontrar faltas en todo lo que hace tu hijo. Proverbios 19:11.
Poniéndole sobrenombres ofensivos. Efesios 4:29.
Ser un legalista. Mateo 15:7-9.
No escuchando a tu hijo. Proverbios 18:3.
Faltar a las promesas hechas. Salmo 15:4-5.
Dando mucha libertad. Hebreos 12:6-9
Padres con temor a Dios formarán hijos que aman y desean servir a Dios, pero padres iracundos y sin dominio propio sólo provocarán desalentar a sus hijos.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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