“Cuida tu corazón más que otra cosa, porque él es la fuente de la vida. Aparta de tu boca las palabras perversas; aleja de tus labios las palabras inicuas. Dirige la mirada hacia adelante; fíjate en lo que tienes delante de tus ojos. Piensa qué camino vas a seguir, y plántate firme en todos tus caminos. Apártate del mal. No te desvíes ni a la derecha ni a la izquierda.” Proverbios 4:23-27
Hace un año, me hice un chequeo completo de rutina, no me sentía enferma ni con molestias de ningún tipo, pero mi médico agregó a los análisis de sangre acostumbrados, un examen cardiaco.
Este examen fue más complicado de lo que pensé, tuve que correr varios minutos en una máquina que contaba mis latidos, tuve que andar con un monitor Holter dos días, y además pasar por una ecocardiografía. Recuerdo que mientras me hacían todo eso pensé, ¡Pero si no me siento mal del corazón!
Finalmente entendí la razón del doctor, los resultados de mis pruebas indicaron que el no sentir molestias no eran garantía de salud. En verdad que el corazón puede ocultar cosas que no sabes, por eso hay que “guardar el corazón más que todas las cosas".
Tu corazón determina tu vida. Este es uno de los proverbios más importantes de todo el libro. La bendición o el dolor en tu vida depende de gobernar y entrenar tu corazón.
Cada pecado comienza en tu corazón, así que nuestro carácter y las palabras que decimos reflejan nuestro corazón. Quizás te esfuerces por ser una persona diferente y no mostrar lo que hay en tu corazón, pero este esfuerzo será vano, ya que el corazón es un experto en tomar el control de nuestros pensamientos, emociones y palabras. Al corazón le gusta dirigir toda nuestra vida, por eso debemos cuidarlo.
Este Proverbios es cuidadoso al describirnos el orden de las prioridades que necesitan atención inmediata: Primero el corazón (la fuente), segundo, tercero y cuarto: La boca, los ojos y los pies (son los arroyos). Les explico, en el Oriente, era importante vigilar con atención las fuentes y pozos de agua, se supervisaban que estuvieran libres de contaminación, porque de allí salían los canales que llegaban a los manantiales y pozos que alimentaban al pueblo. Este texto refleja esa realidad, el corazón es la fuente, de él fluyen los “problemas” de la vida. ¿Dejarán los hombres que esas corrientes contaminen el manantial?
El corazón como fuente de vida es un órgano que necesita atención porque a través de él pasa la sangre, detienes el corazón y la vida termina. El corazón es la región de la sensibilidad. Cuando sientes esperanza, miedo, amor, odio, alegría, dolor, todos esos sentimientos se apoderan de ti, por eso te das cuenta que tu corazón parece latir tan fuerte que hasta lo puedes oír. También el intelecto es controlado por el corazón más que el corazón por el intelecto. Tú sabes qué es lo mejor para tu vida, tienes una ética que valoras y quieres que esos principios sean tu bandera, pero a veces el corazón engaña a la mente y terminas no haciendo caso de tus valores sino de tus sentimientos. El estado del corazón determina nuestro carácter moral
Porque de la abundancia del corazón habla la boca. Mateo 12:34
Porque de adentro del corazón humano salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios Marcos 7:21
Aunque lo quieras negar, tus acciones siempre corresponderán a las disposiciones que imperan en tu interior. El estado del corazón es lo que forma nuestro carácter a la vista de Dios. Por eso en los evangelios encontramos que el requisito más esencial en el carácter de un cristiano es la regeneración del corazón.
Muy jóvenes solemos entregar el corazón a muchas cosas, al enamorado de la adolescencia, a un placer especial, a los amigos, a los planes de vida, etc. Por eso algunas jovencitas creen que su vida se acabó cuando en esa entrega de afectos, deseos y sueños, sólo encuentran decepción. Quién se encuentra detrás de todo, está Satanás, él es un experto en robar el corazón, sabe bien que si toma las ilusiones de una jovencita, terminará capturando toda su vida. Porque cuando se captura el corazón, se entregarán el amor, los deseos, los planes de vida, es decir a la persona completa.
Dios nos dice cuida tu corazón porque de él mana la vida. Si te alimentas de la Palabra de Dios tu corazón mostrará cada vez más justicia en tus palabras y acciones. Si solo piensas cosas amables y amorosas sobre otra persona, la tratarás de esa manera. Esto es lo opuesto a permitir que la amargura o el resentimiento se acumulen en tu corazón. Si pones tu amor en Dios, Su adoración y Su pueblo, tu conducta será cada vez mejor.
Cuando el doctor me dio el diagnóstico de mi corazón, añadió que debía desde ahora tomar medicinas diariamente para que siguiera latiendo sin arritmias ni taquicardias. Obedecí su recomendación y comprendí que algo parecido pasa con la vida espiritual, si se deja de alimentar el corazón del creyente, este se pondrá duro como una piedra, será como un órgano sin vida.
Así que te doy un consejo: ¿Cómo puedes mantener un corazón puro? (Te recomiendo que leas los textos a continuación.
Protégelo de las influencias hacia el pecado: Salmos 101:3 ; 1 Cor 15:33
Aliméntalo con influencias hacia la santidad: Salmos 119:11; 101:6
Apártate de las cosas malas, y ocupa tu tiempo en cosas y pensamientos buenos Filipenses 4:8
Jesucristo ve tu corazón clara y completamente, Hebreos 4:12-13, por lo que recompensará la diligencia si ve un corazón fiel, II Crónicas 16:9, y castigará la necedad si ve un corazón con ídolos de barro. Dios te conoce mejor de lo que tú te conoces.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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