"Si tus hijos mantienen mi pacto y las leyes que les enseñaré, también los descendientes de ellos ocuparán tu trono para siempre". Salmo 132:12
Un compromiso es una obligación contraída por una persona que se responsabiliza a cumplir una tarea ineludible. El compromiso es lo que transforma una promesa en realidad, es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones, es la acción que habla más alto que las palabras, es sacar tiempo cuando no lo hay, es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas, es la voluntad de cumplir lo forja el carácter para poder cambiar las cosas, es el triunfo diario de la integridad sobre la incredulidad. Comprometerse y mantener los compromisos, son la esencia de una persona con integridad.
Nosotras como madres tenemos un compromiso irremplazable con los hijos.
La sociedad también espera que toda madre biológica cumpla con deberes como:
Enseñar a los hijos a ser ambiciosos para lograr la prosperidad y la satisfacción personal.
Enseñarles a sentirse orgullosos de sí mismos.
Enseñarles a sentirse satisfechos de sus propias capacidades y utilizarlas al máximo para crear sus propios triunfos.
Enseñarles a ser competentes, dándoles herramientas para que sepan contender con cualquier barrera que les impida lograr el éxito.
Enseñarles a usar su libertad para alcanzar sus sueños.
Orientarlos, pero sin presionar nunca, aceptando y respetando sus inclinaciones en cuanto a su vocación, deseos humanos, etc.
Esto es lo que la sociedad nos enseña, estas son las metas que llevarán a tener hijos exitosos, dicen, por lo tanto los padres deben “comprometerse” a guiar a ese ser desde que nace, a encontrar su propio destino, según el muchacho vaya descubriendo y donde su instinto lo lleve.
La Biblia nos enseña que nuestro compromiso como madres, es diferente. Por supuesto que queremos hijos que logren alcanzar objetivos altos, personas con capacidades que ayuden al fortalecimiento de la nación, hombres y mujeres que sean ejemplo y usen su libertad para servir a otros, claro que todas estamos dispuestas a comprometernos en formar hijos valiosos, pero la forma que usamos no está basada en el egoísmo, el orgullo o la rivalidad. Nuestro compromiso es primero con Dios, y por lo tanto prometemos formar hijos que sobre todo sean hijos de Dios.
Una madre que tiene su primer compromiso con Dios, es una mujer que tiene comunión diaria con el Señor, que medita en la Palabra, que ora y depende del Padre en cada acto de su vida, ella sabe que Dios la bendijo con hijos para que los encamine a ser siervos de Dios.
Una madre que tiene su primer compromiso con Dios es una persona confiable, honrada, veraz, leal y canal del amor más sublime que existe. En la Biblia encuentro textos hermosos que denotan cómo es una mujer comprometida con Dios y con sus hijos. Dios espera que cumplamos con el compromiso de ser madres confiables, consejeras, madres de generaciones, madres ejemplares, bienaventuradas, madres de fe sincera.
Madres confiables: Salmos 22:9-15. En este texto podemos ver que el salmista escribe comparando la ternura de su madre con el cuidado de Dios, la tranquilidad que da esta protección te permite confiar sin límites y descansar en paz en esos brazos amados. Podemos afirmar entonces que el primer compromiso que debemos asumir responsablemente es ser madres confiables.
Madres consejeras: Isaías 66:13 Otro compromiso que veo es que debemos ser madres que sepamos escuchar con atención. ¿Qué sucedió? ¿Cómo te sentiste? ¿Qué fue lo más difícil para ti? Y luego de escuchar el corazón de los nuestros aconsejarles con la Palabra de Dios.
Madre de generaciones: Génesis 3:20 Fue Adán quien la llamó Eva, a pesar de que ella no era madre todavía. Ni siquiera estaba embarazada y Adán la llamó así por fe, confiando en que Dios haría nacer a un libertador de la mujer, porque Dios dijo que derrotaría a Satanás a través de la simiente de la mujer. Dios le ha dado esta bendición a sus hijas ser madres de una herencia de bendición, hijos de Dios. Dios nos promete que tendremos una generación temerosa del Señor.
Madre ejemplar. 31:10. Es ejemplar porque tiene temor al Señor, ella es ejemplo y por eso inspirará a las personas a ser administradores fieles del tiempo y los talentos que Dios ha dado; su sabiduría es productiva y beneficiosa para otros, es una mujer ejemplo de valentía, sabiduría y esfuerzo y todo eso lo vive mejor en el hogar.
Madre de fe sincera. 2 Timoteo 1:15. La fe no fingida de Timoteo se debía a su devota educación y a la influencia de su abuela y de su madre. La frase fe no fingida podría ser traducida literalmente, “fe no hipócrita” esto es, fe que no es una actuación. Era verdadera.
Madre de oración: ¡Yo, Débora, me levanté como una madre en Israel! Jueces 5:7 Débora fue una madre comprometida con toda su nación, qué mejor ejemplo de lo que significa una mujer comprometida con Dios, alguien que no se conformó en ver a los hijos perdidos en la idolatría, fornicación, adicciones o libertinaje. Ella se levantó en medio de toda la corrupción de su pueblo y encontró en Dios la salida para liberar a todos los hijos de Israel.
En nuestra sociedad los malos parecen tener ventajas, toman a los niños desde pequeños en los centros de estudios y los preparan para ser competitivos y autosuficientes, pero con estas clases se inculca también el egoísmo y el libertinaje, en la “escuela para padres” también es lo mismo, por eso si no sigues la corriente serás considerada “rara”. Nosotras las madres cristianas tenemos sobre todo un compromiso con Dios, y si cumplimos este deber, tendremos hijos igualmente comprometidos con el Señor.
Martha Vílchez de Bardales