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Foto del escritorIB La Molina

Cambia la tristeza en gozo

“De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo. También vosotros ahora tenéis tristeza; pero os volveré a ver, y se gozará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestro gozo. ” Juan 16: 20-22

En la última semana antes de la crucifixión, el Señor Jesús se preocupó en preparar a sus discípulos sobre lo que iba a suceder. Sabía que su partida era inminente y por eso sus discursos tenían que ver con el consuelo. En el capítulo catorce les dijo, “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.”.


También les siguió diciendo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Él prometió que los suyos nunca estarían solos porque el Espíritu Santo vendría a estar con ellos.


Luego, en Juan 15:1–17 , Jesús describió hermosamente cómo los discípulos serían sus ramas para que él, la vid, produjera frutos permanentes en ellos. Después, Jesús pasó a advertirles que enfrentarían todo el peso del odio del mundo, Juan 15:18–25 . Y los animó con la esperanza de la venida del Espíritu Santo, Juan 15:26–27 , y luego volvió inmediatamente al tema del odio del mundo, Juan 16:1–4 .


Con todas estas palabras Jesús sacó alegría del dolor de la cruz. Pero a pesar de todas estas palabras de tranquilidad y consuelo, los discípulos todavía no lo entendían. Bueno en realidad sí, entendían que Jesús estaba a punto de irse, pero no entendían el tiempo ni cómo iba a regresar. Por eso, a pesar de las palabras de consuelo que Jesús les dio ellos siguieron confundidos e inquietos por el futuro.


¿Les parece inconcebible que estos discípulos hayan sido tan poco sagaces para entender algo que el Señor les dijo desde el inicio de su ministerio?, ¿Crees que tu si hubieras entendido todo? La verdad es que cuando suceden cosas dolorosas ninguno se siente preparado para entender por qué Dios permite estas cosas. Todo parece estar bien en tu casa, tu familia está feliz, estás contento y en paz, y de repente, surge algo inesperado que atropella todo lo que has estado haciendo. ¿Por qué Dios? Estoy confundido. ¿Por qué permites que esto suceda? ¿Qué quiere decir con esto? ¿Me estás castigando?


Jesús respondió a sus discípulos y esa respuesta también es para nosotros. “Ciertamente les aseguro que ustedes llorarán de dolor, mientras que el mundo se alegrará. Se pondrán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría.


Los discípulos no entendían que el arresto de Jesús estaba a solo una o dos horas de distancia, y luego seguiría su crucifixión. Los discípulos estaba preocupados y confundidos. Probablemente pensaban que Jesús hablaba con misterio innecesario sobre a dónde iba y lo que haría. Ellos no entendían a qué se refería sobre no verlo y luego verlo.


Jesús comprendió que los discípulos querían más claridad; pero también sabía que necesitaban más que información. Necesitaban que sus corazones y mentes estuvieran preparados para soportar la crisis venidera. Jesús sabía que sus ovejas estarían sumidos en una profunda tristeza en las próximas horas. Pero también sabía que Dios convertiría, por su poder y gracia, esa tristeza en gozo.


Me asombra imaginar la tristeza que le esperaba a esos discípulos, tristeza porque perderían a su Maestro, tristeza porque iban a ser testigos de la humillación que pasaría, una profunda tristeza porque aparentemente los enemigos estaban ganando, tristes porque porque todo lo que habían esperado les había sido arrebatado. Pero todas esas tristezas se convertirían en gozo. Cuando comparo las tristezas de estos discípulos con algunas pruebas que paso, concluyo que no tengo derecho a sentirme triste.


En ningún momento el Señor les dijo que él evitaría las penas y pruebas, sino que convertiría ese dolor en gozo y para que fuera más clara la enseñanza dio el ejemplo del dolor de una mujer que está en trabajo de parto. Les cuento un testimonio familiar:


Hace casi cuatro semanas pasamos esta experiencia, mi primogénita se había preparado para dar a luz con mucha anticipación, cumplió con responsabilidad todos sus ejercicios de preparación, hizo natación, dietas, etc. Pero faltando un mes exacto para el alumbramiento, unos análisis presentaron una dificultad, así que fue obligatoria la operación por cesárea. La tristeza y la confusión llenó nuestros corazones, llevamos a mi hija a la clínica y pasaron casi diez horas de espera en oración. Mi yerno valiente entró a la sala de operaciones, y después de un largo silencio, una foto apareció en nuestros celulares, Allí estaban Betsabé y su hijito Santiago a su lado. ¡Cuán precisas son las palabras de Jesús! La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.”


Hermanos queridos la labor de Dios no es eliminar las tristezas de nuestra vida, sino convertir la tristeza en gozo. No hay nada malo o pecaminoso en estar triste, es completamente natural. Me gusta enseñar los Salmos como ejemplos de las más bellas expresiones de lamentos y quejas, creo que esto es mejor, en lugar de mantener toda la tristeza reprimida en el interior, en realidad es mejor dejar que las lágrimas fluyan. De hecho, las personas a menudo se sienten mucho mejor después de un buen llanto.


Pero el dolor y la tristeza pueden volverse pecaminosos si se convierten en desesperación y falta de fe. El dolor puede fácilmente llevar a una persona a estar resentida y enojada, o a estar deprimida, por lo tanto, debemos evitar que el dolor se convierta en desesperación. Deberíamos buscar más bien convertir la tristeza en alegría. Pero, ¿Puede la tristeza convertirse en alegría? ¿Es realmente posible? ¡Sí, lo es! Porque el gozo que viene de Dios no es una alegría superficial, es más bien una alegría profunda. El gozo del que habla Jesús es una alegría que reside en lo profundo del corazón.


La alegría que da Jesús es una alegría que permanece en el corazón. Nadie te lo puede quitar. Es una alegría que no depende de tener circunstancias agradables en la vida. Es como lo que dijo el profeta Habacuc, "Aunque la higuera no florezca, ni haya fruto en las vides; el fruto del olivo se acabará, y los campos no darán alimento; las ovejas serán quitadas del redil, y no habrá vacas en los establos; más yo me regocijaré en el SEÑOR, me gozaré en el Dios de mi salvación." Habacuc 3:17-18.)


El gozo del que Jesús habla en nuestro pasaje es un gozo que puede sacar completamente la tristeza de nuestra mente, especialmente cuando sabemos los maravillosos beneficios que nuestro sufrimiento eventualmente traerá para nosotros y para los demás. Hebreos 12:2 nos dice que Jesús mismo, por el gozo puesto delante de Él, soportó la cruz. Todos los sufrimientos, la agonía y el dolor por los que pasó durante 6 horas insoportables compraron nuestra salvación y trajeron gozo para Él y para nosotros. ¡Y qué gran gozo ha obrado y traído Cristo por nosotros! ¡1 Pedro 1:8 dice que nos regocijamos en Él con un gozo inefable (indescriptible) y lleno de gloria!


Que esta semana santa sea una semana llena de gozo y gratitud.


Martha Vílchez de Bardales


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