“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” Romanos 5: 1.5
En este hermoso pasaje Pablo nos convence a todos de que el único modo de salvación es ser justificado por gracia por medio de la fe. Esta salvación nos da beneficios prácticos que debemos recordar para encontrar paz en medio de la tempestad.
El primer beneficio es la paz. Esta paz solamente puede llegar por medio de nuestro Señor Jesucristo. Él es nuestro fundamento de paz. De hecho, Jesús es nuestra paz. Efesios 2:14. ¿Pero cómo se puede tener paz cuando en el trabajo (si es que lo tienes) te exigen y te pagan menos, ¿Cómo estar tranquilo si las cuentas siguen llegando y no tienes para cubrir las deudas? ¿Cómo estar relajado si ves la injusticia y la corrupción que domina sobre el gobierno?
Casi a diario me entero de una madre que ha perdido la paz porque su pequeño está enfermo, o un esposo que no quiere oír de paz porque la angustia por la pérdida de su esposa lo tiene atormentado, también escucho al empleado que está molesto y resentido porque le han reducido el sueldo y multiplicado el trabajo.
Hermanos amados debemos recordar que la Biblia No dice que tendremos paz con el diablo, ni paz con el mundo, ni paz con la carne o paz con el pecado. La vida aún sigue siendo una batalla para nosotros los cristianos, pero ahora luchamos por Él y ahora como hijos de Dios, Él nos defiende.
Debemos recordar estas cosas para reclamar la paz en medio de la adversidad.
El segundo beneficio es que tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes. Esta gracia es dada por medio de Jesús y obtenida a través de la fe. Esta gracia es el favor inmerecido de Dios hacia nosotros. No tienes que ser perfecto y santísimo para recibir la Gracia de Dios, justamente por eso se llama Gracia, porque es un don inmerecido.
Si pides al Señor poder ver con ojos espirituales como te cubre con su amor, te sentirás que tu piso es firme, quizá la tempestad continúe, pero tu piso será inamovible.
El tercer beneficio es que podemos gloriarnos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia. Un corredor debe sentir presión para ganar perseverancia. Los marineros deben ir al mar y soportar tempestades. Los soldados van a la batalla para enfrentar al enemigo. Para el cristiano, la tribulación es solo parte de nuestra vida cristiana, nos permite madurar, crecer en sabiduría, depender totalmente del Señor.
Cuando pasamos por tribulaciones:
Dios usa las tribulaciones de una forma maravillosa en nuestra vida.
Dios sabe cuánta tribulación podemos soportar, y Él mide cuidadosamente la tribulación que enfrentamos.
Las pruebas nos hacen crecer en fe.
"El mayor honor que Dios puede conferir a sus hijos es la corona con la sangre del martirio de su Hijo. Las joyas del cristiano son sus aflicciones. Las insignias de los reyes que Dios ha creado son sus problemas, sus dolores y sus aflicciones. Los dolores nos exaltan y los problemas nos elevan." - Charles Spurgeon.
"Una de las mayores evidencias del amor de Dios a los que lo aman es enviarles las aflicciones con la gracia de soportarlas." - John Wesley
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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