“El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, y cualquiera que por ellos yerra no es sabio.” Proverbios 20:1 (RV60) “El vino lleva a la insolencia, y la bebida embriagante al escándalo; ¡nadie bajo sus efectos se comporta sabiamente!” Proverbios 20:1 (NVI)
Sabían ustedes que en el Perú al menos 21 personas han muerto en el transcurso de una semana debido a una presunta intoxicación por alcohol adulterado en la región central de los Andes. Si esto no les sorprende, miren otros datos que encontré.
El consumo de alcohol ocasiona muerte prematura y consecuencias sociales y económicas irreparables. Un análisis del año 2010 concluyó que de 57223 muertes , más del 60% fueron varones entre los 15 y 44 años de edad. Y el 31,47% de muertes tuvo como causa de defunción alguna patología vinculada al consumo de alcohol.
Con mucha urgencia estos textos debieran ser atendidos por padres con hijos que quieren empezar a consumir este veneno que sólo traerá enfermedad, y dolor. “No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; Mas al fin como serpiente morderá, y como áspid dará dolor. Proverbios 23:31-32.
Dice el verso que el vino es ”escarnecedor”, sinónimos de escarnecer son: humillar, ofender, ultrajar, burlar, ridiculizar, pisotear, denigrar, etc. Esto es lo que hace el alcohol con quienes consumen en exceso, ¿Cómo se burla el vino? ¿Cómo se enfurece la bebida fuerte? ¿Cómo engañan a los hombres el vino y las bebidas fuertes?
Pues ellas hacen que las personas hagan cosas que de otro modo no harían. Salomón usó estas poderosas figuras retóricas para advertir contra el consumo excesivo de alcohol y la embriaguez. El vino engaña al hombre; no sólo lo vence antes de que se dé cuenta, sino que le promete un placer que no le da; por el contrario, beber en exceso le produce dolor y se burla de él; lo lleva a exhibirse sin dignidad para convertirse en objeto de burla de todos los que son testigos de su degradación como persona.
La bebida fuerte no sólo perturba el cerebro, también altera la personalidad de tal forma que una persona puede enfurecerse tanto que empieza a delirar y pelear con su compañía y con todos los que se encuentra; ¿Has visto ebrios peleando después de haber estado felices? Y dirán los padres a los ancianos: “Este hijo nuestro es obstinado y rebelde, libertino y borracho. No nos obedece”. Deuteronomio 21:20
Bíblicamente las consecuencias del alcohol en exceso:
Hijo mío, presta atención y sé sabio; mantén tu corazón en el camino recto. No te juntes con los que beben mucho vino, ni con los que se hartan de carne, pues borrachos y glotones, por su indolencia, acaban harapientos y en la pobreza. Proverbios 23:19-21
La tierra se tambalea como un borracho, se sacude como una choza. Tanto pesa sobre ella su rebelión que caerá para no volver a levantarse. Isaías 24:20
Como ebrios tropezaban, se tambaleaban; de nada les valía toda su pericia. Salmo 107:27
Pero también estos erraron con el vino, y con sidra se entontecieron; el sacerdote y el profeta erraron con sidra, fueron trastornados por el vino; se aturdieron con la sidra, erraron en la visión, tropezaron en el juicio. Isaías 28:7
La prostitución, el vino y el mosto quitan el juicio. Oseas 4:11
¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende! Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos. Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed. Isaías 5:11-13
Hoy en día muchos no aceptan que tienen dependencia a las bebidas alcohólicas, afirman que la cerveza no es dañina, que una o dos veces por semana no los hace adictos, se identifican como bebedores sociales, pero si no puede pasar una temporada sin beber, si para celebrar debe tomar, si para estar descansado necesita una copa, ya está demostrando una debilidad.
Un hombre y una mujer cristianos comprometidos con Dios a vivir una vida santa deben ser cuidadosos y prudentes con el vino y las bebidas fuertes, pero también con la comida, y con cualquier cosa que se convierta en una adicción y deshonre tu testimonio como hijo de Dios.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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