“Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros? Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.” Santiago 2:1-10.
¿Crees que se puede hacer acepción de personas en la iglesia de nuestro glorioso Señor? Jesucristo nunca demostró rechazo a un tipo determinado de personas, más bien nos demostró que siempre estuvo abierto para aceptar a los que los demás rechazaban, ¿por qué entonces este pecado que a veces pasa inadvertido ocurre en la iglesia del siglo XXI?
Estudiemos un poco sobre el significado de acepción, de acuerdo a la real academia española, acepción de personas es: Acción de favorecer o inclinarse a unas personas más que a otras, por algún motivo, o afecto particular, sin que ellas tengan algún mérito o razón.
El propio Santiago dio un ejemplo claro de acepción de personas, el favoritismo hacia un rico y el descuido hacia el pobre. Ahora te animo a leer y meditar en varios versículos que muestran las razones que da Dios para rechazar ese favoritismo y descuido, así que ante esta evidencia, no debo argumentar mucho:
“Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho;” Deuteronomio 10:17
“No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos.” 2 Crónicas 19:7
Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho.” Job 13:8
“¿Haréis acepción de personas a su favor? ¿Contenderéis vosotros por Dios?” Job 13:10
”Él os reprochará de seguro, Si solapadamente hacéis acepción de personas.” Proverbios 28:21
“Hacer acepción de personas no es bueno; Hasta por un bocado de pan prevaricará el hombre.” Lucas 20:21.
“Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el camino de Dios con verdad.” Hechos 10:34
“Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas,” Romanos 2:11.
“Porque no hay acepción de personas para con Dios.” Santiago 2:1.
“Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas.”
Dios, siendo Dios no tiene preferidos, así que es un pecado grave beneficiar a uno y desatender a otro. En la época que se escribieron estas palabras la parcialidad era natural, se categorizaban permanentemente a los individuos como judíos y gentiles, esclavos o libres, ricos o pobres, griegos y bárbaros, hombres y mujeres. Pero Jesús rompió con esas murallas de división y vanidad.
Que un rico lo sea, no significa que es más bendecido y por eso se le debe dar un lugar de honor, o debajo de ese halago está la intención de sacar más provecho del que tiene posesiones materiales.
Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? Se refiere al pobre que es rico espiritualmente, porque es rico en la fe. Ellos pueden por mucho ser más ricos en fe que el hombre rico.
Atención hermanos, cuando distinguimos a las personas por lo que podemos ver en la apariencia, entonces perdemos el enfoque de Dios. Recuerda que Judas aparentaba tener mejores características de liderazgo que el propio Pedro.
Hace unos días conversé con una jovencita sobre su relación de enamoramiento con un joven nuevo en la congregación, hablamos sobre el significado de ir paso a paso y no apresurarse para evitar el pecado, a lo que ella me contestó: “esa es su teología, yo no la entiendo porque no fui al seminario”. En el fondo ella no quería entender porque no quería obedecer.
No podemos decir, “esto lo obedezco porque lo entiendo, pero esto no, porque esa teología me es incomprensible.” O, “me gusta el mandamiento de Dios en contra de matar, así que ese lo guardaré. Pero no me gusta Su mandamiento en contra del adulterio, así que lo ignoraré.” O, “Me gustan los versos que hablan sobre el amor entre la pareja, pero no me parece bien que me prohíban viajar con mi chica, me limiten en cuanto a mis expresiones de cariño o me prohíban convivir con él.
Si eres creyente debes guardar toda la Palabra y no tan sólo lo que te conviene. No hacerlo es lo mismo que desafiar al Señor.
Con amor,
Martha Vílchez de Bardales
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