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Foto del escritorIB La Molina

45 Valientes

Actualizado: 9 may 2020

"Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Josué 1:8-9".


Hoy es el día cincuenta dos de la cuarentena, cada medio día se me ha vuelto costumbre cocinar oyendo al presidente dando su habitual conferencia, él junto a sus ministros brindan alcances respecto a la evaluación integral de las medidas adoptadas durante el estado de emergencia para frenar el avance de Coronavirus en el país. Pero hoy el presidente no dio su habitual conferencia.





Ayer empezamos a estudiar y meditar en el libro de Josué, este tiempo de cuarentena nos ha regalado una práctica que habíamos dejado de realizar por mucho tiempo, el devocional familiar. Cuando eran niñas mis pequeñas, era fácil sentarlas a las tres para tener el tiempo con Dios, pero ya de grandes y con diferentes ocupaciones se hizo difícil tener este tiempo especial. ¡Gracias a Dios por la cuarentena! Ya hemos estudiado todo Lamentaciones, Nehemías, 1 de Juan, 1 y 2 de Timoteo y ahora Josué.


Tenemos que empezar entendiendo que Jesús es la traducción en griego del nombre Josué. Josué o Yehoshúa significa Yahveh salva o Yahveh de salvación. Lo primero que llamó nuestra atención en este capítulo fueron los dos primeros versículos:


Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán.

Josué fue un siervo fiel al lado de Moisés por cuarenta años, aprendió mucho de cada circunstancia difícil y se gozó viendo los milagros, pero ahora que Moisés no estaba le tocaba liderar como lo hizo su cabeza espiritual. Seguir los pasos de su líder me imagino que no iba ser fácil, sin embargo, el propósito de Dios ya estaba trazado: la liberación del pueblo, la protección y alimentación en el desierto, el brazo de Dios llevándolos a la entrada de la tierra prometida, todo esto no fueron ideas de Moisés, fueron planes de Dios, ellos fueron sólo los siervos que llevaron a cabo el propósito de Dios. Moisés murió, y ahora debes ir tu. Un día nosotros, los pastores que tenemos más de 40 años en el ministerio, no estaremos, pero eso no significa que la obra se detendrá. Josué fue el escogido para continuar, pero él no entraría a Canaán, la tierra prometida, porque era mejor líder, ni porque era más joven, tampoco porque era más espiritual y obediente.


Josué aceptó el reto de ser el sucesor de Moisés porque confió plenamente en que el líder verdadero de Israel, el Señor Dios, iba a estar con él. La obra continuaría por la fidelidad de Dios a su pueblo. Él le dijo a Josué:


Estaré contigo. Esto es suficiente para cualquier hombre que busca hacer la voluntad de Dios.

Hoy vi en el noticiero que un grupo del personal médico de EsSalud fueron trasladados a Iquitos. El Colegio Médico del Perú informó que dos médicos fallecieron en Loreto a causa del Coronavirus. Además, revelaron que seis doctores se encuentran graves y pidieron la ayuda del Estado.


Me llamó mucho la atención esta noticia porque el año pasado estuve en Iquitos y pude comprobar la precariedad en la que viven muchos compatriotas de esa región, de pronto salió la imagen de todos los jóvenes sentados en el avión exclamando vivas para darse ánimo y fuerzas, la mayoría de ellos, chicos jóvenes, cuarenta y cinco personas, entre médicos, enfermeras y especialistas que partieron desde el grupo aéreo N°8.


A uno de ellos un periodista le preguntó cuál era su motivación para haber aceptado el reto de ir a un lugar donde la pandemia es sumamente grave, a lo que contestó el joven, que era por amor a su nación. La respuesta del joven médico me hizo pensar justamente en Josué.


Para Josué el tema de ser valiente quizá fue fácil al inicio, era joven y la juventud está acompañada de optimismo, pero cuarenta años después y con toda la ingratitud que experimentó, se podría entender que cediera su lugar a otro.


Pero no sucedió esto con Josué, él continuaría porque tenía la palabra segura de Dios como fundamento.

Otra vez pienso en los cuarenta servidores de salud que partieron a Iquitos, ¿puedes orar por ellos? Mi oración es que Dios los cubra de un manto de protección, pero también le pido al Señor que alguien les hable del gran amor de Dios.


Oración: Señor en este tiempo reconozco que me ha faltado la valentía para continuar la obra que una vez me encomendaste, te ruego que me ayudes a ser decidido y esforzado para hablar a todos que deben entregar su vida a Jesucristo. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.


Martha Vílchez de Bardales
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